Pasión por el deporte | Salud, valor fundamental

Pasión por el deporte | Salud, valor fundamental

“El deseo de estar sano, de tener una vida de calidad, de poder tener vigor para desarrollar los propios objetivos vitales es muy estimado por la sociedad”

 

José Ortega*

Uno de los valores que ocupa un lugar especial en la pirámide axiológica de las sociedades occidentales contemporáneas es el valor de la salud. El deseo de estar sano, de tener una vida de calidad, de poder tener vigor para desarrollar los propios objetivos vitales es muy estimado por la sociedad. En algunos países es, incluso más preeminente que el valor de la familia, de la amistad o del trabajo.

La salud se ha convertido en un valor al alza, muy cotizado, de tal modo que el ciudadano está dispuesto a realizar grandes sacrificios para poder gozar de una buena salud y disponer de ella el máximo de tiempo posible a lo largo de su vida

No cabe duda de que una de las motivaciones para la práctica del deporte es el mantenimiento de la salud.  Una parte nada desdeñable de deportistas amateurs lo practican con el fin de prevenir posibles enfermedades o dolencias, paliar ciertas patologías, mantener la salud actual o bien mejorar el estado integral de salud, no solo de la salud físicamente considerada, sino también en el plano social, psicológico y espiritual

El deporte se ha convertido para muchos ciudadanos en un mecanismo para preservar la salud, para gozar de ella, para obtener un estado de completo bienestar físico, psíquico, social y espiritual. Aunque el deporte, según como sea desarrollado, puede ser dañino para la salud, puede ser lesivo para la persona, y no solo en el plano físico, el caso es que se relaciona estrechamente con la obtención de la salud, pero eso depende esencialmente de cómo se desarrolle.

En muchas ocasiones, la práctica deportiva es lesiva para el ser humano. Cuando no se explora a fondo las capacidades reales del practicante y se excede en sus expectativas, cuando no se va debidamente equipado, cuando el afán competitivo exige asumir situaciones de riesgo, la práctica deportiva no genera salud ni bienestar integral, sino lesiones, enfermedades, caídas, dependencias e, incluso, puede reportar la muerte.

Es erróneo pensar que la salud es solo un bien físico o que el estar en forma significa estar delgado y estar musculoso. La salud va mucho más allá de esa dimensión corporal y abarca la dimensión mental, emocional y espiritual. Es un concepto integral que se relaciona con la vitalidad, con el vigor y con el bienestar total.

El deporte adquiere un valor incalculable para cuidar y desarrollar todas estas dimensiones del ser humano. En apariencia es solo una práctica corporal, pero, en el fondo, altera profundamente toda la persona, estimula sus distintas capacidades y dimensiones, y además, fortalece y dinamiza sus múltiples inteligencias de manera holística.

La virtud está en el equilibrio, de tal modo que cuando la actividad deportiva es practicada de esta manera, cuerpo, mente, corazón y espíritu están sanos y en armonía total. Para hacerlo, es importante saber por qué y para qué se hace deporte. Eso nos enseñará la dirección de cómo tenemos que hacerlo. El resultado será un cuerpo tonificado y musculoso, una mente sana con capacidad de penetración intelectual, un corazón noble y leal capaz de amar, y un espíritu limpio y puro capaz de dejar un legado maravilloso.

 


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