Pasión por el deporte | Hiperconsumismo

Pasión por el deporte | Hiperconsumismo

“El deporte no puede, ni debe ser en ningún caso, una excusa para lucir el poder adquisitivo”

 

José Ortega

El hiperconsumismo devora el alma del deporte. Esta práctica no es ajena a los fenómenos y valores sociales, sino que es un pequeño espejo donde se refleja lo que ocurre en la sociedad. El hiperconsumismo ha invadido al mundo del deporte, no solo profesional, también amateur.

Para practicar deporte se requiere de implementos, de instrumentos, de una indumentaria adecuada, pero el deporte no puede, ni debe ser en ningún caso, una excusa para lucir el poder adquisitivo. Se requieren los necesarios y nada más; cuantos menos mejor. Sin embargo, el mercado necesita más consumidores para poder existir; de ahí que se creen nuevas necesidades a través de la publicidad y, como consecuencia, nuevos objetos e implementos de consumo para satisfacerlas.

El número de objetos que acompañan a un fondista, al futbolista, al beisbolista se han multiplicado exponencialmente en las últimas décadas. Con el argumento de que supuestamente tales objetos mejoran el rendimiento, prestan seguridad, ofrecen más confort o, simplemente, garantizan más bienestar o una mejor comunicación para el deportista, éste se acaba transformando en un gran consumidor.

La implosión de esta ideología tiene grandes consecuencias en la práctica deportiva, pues esta fácilmente degenerada en un ejercicio exhibicionista, cuyo fin es mostrar a los demás el poder adquisitivo a través de la indumentaria que se adquiere fundamentalmente para este fin. Existe, especialmente en el mundo amateur, este tipo de deriva que convierte al deportista en un escaparate de marcas deportivas. Entonces se invierte el orden del fin y de los medios. Son los objetos de consumo los que deben estar al servicio de la práctica deportiva.

La austeridad es una virtud fundamental en el deportista. Todo deportista sabe que cuanto menos necesite para desarrollar su actividad, mucho mejor para él. Esto es especialmente evidente en deportes de fondo, en el baloncesto, en las disciplinas acuáticas y en el ciclismo.

El consumir por el mero hecho de consumir choca frontalmente con la filosofía y esencia del deporte, que tiene como fundamento la austeridad.

Algunos deportistas que no pueden escapar del anonimato por sus propias competencias y habilidades físicas intentan escapar de ella luciendo objetos ostentosos.

Observamos, con asombro, que el deporte se está convirtiendo, en muchos entornos, en una víctima más de la sociedad consumista en la que vivimos y, como tal, en una manera más de demostrar lo que uno posee y lo que uno consigue. En lugar de ser un eficaz antídoto contra el remolino materialista que nos envuelve, es devorado por ella, es manipulado y, cae en la trampa de ser escaparate en lugar de disciplina e integridad.

Texto sustraído del libro

LA ESENCIA DEL DEPORTE

Autor: José Ortega Ramírez

Registro Público de Derechos de Autor

SEP-INDAUTOR: 03-2019-092611274200-01

 

 

 

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