Pasión por el deporte | Deshidratación

Pasión por el deporte | Deshidratación

“Aún cuando se administre agua en abundancia, ciertos deportes y actividades implican un riesgo inevitable cuando hace calor”


José Ortega Ramírez*


La actividad deportiva en ambientes calurosos plantea problemas que pueden ser más graves que el malestar inmediato que el deportista y el entrenador pueden sentir. Por ejemplo, la transpiración enfriará el cuerpo en un ambiente caluroso pero también puede originar la pérdida de una gran cantidad de agua (deshidratación). Aún cuando se administre agua en abundancia, ciertos deportes y actividades implican un riesgo inevitable cuando hace calor. Reconocer cuándo deben limitarse o suspenderse los entrenamientos es una responsabilidad crítica del entrenador (y del deportista). Si el entrenador y el deportista desconocen que un ambiente cálido o húmedo, o ambos, pueden causar enfermedad por calor, las consecuencias pueden poner en peligro la vida. 

Durante una actividad física intensa, particularmente en días cálidos o húmedos, el cuerpo pierde grandes cantidades de agua y algo de sal a través de la transpiración. Cuando el agua y la sal no se reponen dentro de un periodo de 24 horas puede producirse una deshidratación y una enfermedad por calor. Aunque la reposición del agua es, por lejos, el requerimiento más serio, un deportista mal informado se preocupa más por tomar tabletas de sal (para reponer la sal) que por beber agua. Esta es una práctica sanitaria muy errónea, en circunstancias normales existe suficiente sal en la dieta para reponer la que se ha perdido durante el entrenamiento o la competencia. 

No es raro que deportistas pierden de 2 a 6 kg de agua (1 kg equivale prácticamente a 1 L de agua) durante una actividad física desarrollada en un periodo de 1 ½  a 2 horas. La amplitud del espectro de la pérdida de agua es atribuible a variaciones en la temperatura ambiental, la humedad relativa, la duración del ejercicio, la indumentaria del deportista, la intensidad del ejercicio y el acondicionamiento del deportista. Por ejemplo en una sesión de entrenamiento no demasiado exigente los jugadores de futbol pueden perder un promedio de hasta 2 kg de agua. En un día caluroso y húmedo, algunos jugadores pueden perder hasta 7 kg ¡lo que equivale a 7 L!. Para un jugador que pesa 70 kg esto podría representar el 10 % de su peso corporal. En este caso, la salud puede verse seriamente perjudicada, ya que una pérdida de tan solo el 3 % del peso total del cuerpo puede disminuir de manera significativa el rendimiento y provocar una enfermedad por calor.

Los efectos fisiológicos de la deshidratación son: una reducción de fuerza muscular, una disminución de los tiempos de actuación, una disminución de los volúmenes plasmáticos y sanguíneos, una reducción en el funcionamiento cardiaco durante condiciones de trabajo submáximo, un menor consumo de oxígeno, en especial cuando también existe restricción de alimentos, un deterioro de los procesos de termorregulación, una disminución en el flujo sanguíneo renal y en el volumen de líquido filtrado por el riñón y un agotamiento de glucógeno hepático. Algunos otros estudios han demostrado que pérdidas del 3 % o superiores causadas por la deshidratación y la sudoración excesiva pueden causar daños graves a los deportistas o a una persona sedentaria que realiza ejercicio.

*Escritor e instructor profesional en ciencias aplicadas al futbol. 

Facebook: José Ortega Ramírez

Correo: jor0231&hotmail.com

*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.   


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