Pasión por el deporte | Deporte, lección de humildad

Pasión por el deporte | Deporte, lección de humildad

“El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento, es la humildad”. 

Ernest Hemingway

José Ortega Ramírez*

Una de las virtudes fundamentales que se descubren a través de la práctica deportiva, ya sea ejercida en soledad o en equipo, es la humildad, que consiste en el reconocimiento exacto de la propia valía.

La humildad es el punto equidistante entre el exceso de autoestima, que conduce al orgullo y a la vanidad, que conduce a la infravaloración y a la autodestrucción.

La humildad, pues, abre las puertas a la gratitud. La mayoría de los deportistas de elite, al terminar su carrera deportiva y al despedirse de la afición a través de los medios de comunicación, practican esta gratitud hacia quienes han colaborado y ayudado activamente a hacer florecer todos esos recursos y ponencias que estaban latentes en ellos.

Este ejercicio de gratitud dignifica la practica deportiva y hace añicos el modelo individualista del “self made man”, tan extendido en nuestra sociedad. Somos gracias a los otros y, sin los otros, no podríamos alcanzar lo que aspiramos ser.

Si tuviéramos que decir cuál ha sido la lección más importante que nos ha enseñado el deporte, esta sería, sin duda, la humildad. El deporte es maravilloso porque empequeñece y ridiculiza los egos.

El deporte nos enseña a través del entrenamiento y de la competencia que la línea que separa la victoria de la derrota es muy sutil, lo mismo que la que divide el éxito del fracaso.

Enseña también que lo importante no es solo ganar o perder, llevarse alabanzas o criticas, ser mejor o peor que otro, sino que lo fundamental radica en la manera en lo que lo hagan y lo acepten.

Pueden hacerlo de forma altiva y soberbia, o de manera humilde. Haciéndolo de la primera forma, su legado estará vacío, en cuanto a valores se refiere, y se reducirá al resultado. Realizándolo con humildad, la herencia que dejan será rica en valores, independientemente del resultado, y serán respetados no por lo conseguido, sino por su comportamiento y manera de ser.

La humildad es la más sublime de todas las virtudes, porque hace avanzar al deportista en sus propósitos y, aunque suene contradictorio, lo enaltece. Por ello el deporte, al ser una fuente inagotable en la enseñanza de la humildad, engrandece a las personas.

Ser humilde implica autoconocimiento, saber gestionar las emociones y focalizar la mente en las cosas positivas de los demás deportistas contrincantes. Todos ellos son aspectos fundamentales que el deporte ayuda a desarrollar, potenciando de esta manera la humildad en el deportista.

En la mayoría de los deportes, el equipo no solo lo integran quienes están sudando la camiseta a la hora de competir, sino también quienes dirigen, entrenan, apoyan y respaldan a los que ejecutan la actividad deportiva. 


*Escritor e instructor profesional en ciencias aplicadas al futbol. 

Facebook: José Ortega Ramírez


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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