Pasión por el deporte | Alcohol y tabaquismo en el rendimiento deportivo
“La ingestión aguda de alcohol no mejora la fuerza, la potencia, la resistencia muscular local, la velocidad, e incluso, puede disminuirlas”
José Ortega Ramírez*
No existe ninguna razón para recomendar o incitar la ingestión de cualquier cantidad de alcohol con la intención de incrementar un mayor rendimiento atlético. Aunque resulte difícil de creer, algunos deportistas todavía consideran que la ingestión de alcohol aguda o de corta duración en pequeñas cantidades intensifica el rendimiento deportivo, en particular los aspectos psicológicos de la actuación. Por supuesto, nada puede estar más lejos de la verdad.
La ingestión aguda de alcohol puede ejercer un efecto deletéreo sobre una amplia variedad de aptitudes psicomotoras, como el tiempo de reacción, la coordinación óculo-mano, la exactitud, el equilibrio y los complejos de coordinación.
La ingestión aguda de alcohol no producirá modificaciones sustanciales en funciones metabólicas o fisiológicas esenciales para el desempeño físico, tales como el metabolismo energético, el consumo máximo de oxígeno (VO2max), la frecuencia cardiaca, el volumen sistólico, el volumen minuto y el flujo de sangre muscular. El consumo de alcohol puede deteriorar la regulación de la temperatura corporal durante el ejercicio prolongado en un ambiente frío.
La ingestión aguda de alcohol no mejora la fuerza, la potencia, la resistencia muscular local, la velocidad, e incluso, puede disminuirlas. Además, se ha comprobado en forma extensa que el consumo excesivo y controlado de alcohol tanto en personas sedentarias como en deportistas puede incidir cambios patológicos en el hígado, el corazón, el cerebro y los músculos, lo que puede conducir a la invalidez y a la muerte.
Es preciso realizar esfuerzos serios y continuos para educar a los deportistas, los entrenadores, los educadores físicos, los médicos, los medios deportivos y el público en general en lo que se refiere a los efectos de la ingestión aguda de alcohol sobre el desempeño físico del ser humano y sobre los problemas potenciales agudos y crónicos asociados con el consumo excesivo de alcohol.
El tabaquismo no es recomendable para ningún propósito y menos aún en el ámbito deportivo. Además de sus bien conocidos peligros relacionados con el cáncer y enfermedades cardiacas, la mayoría de quienes han practicado actividades físicas y deportivas estarán familiarizados con la frase “el hábito de fumar quita el aliento”. Existe algo de verdad en esta afirmación. El tabaquismo crónico tanto en personas sedentarias como en deportistas provoca, entre otras cosas, un incremento en la resistencia de las vías respiratorias, lo que dificulta el desplazamiento del aire hacia y desde los pulmones. En otras palabras, los músculos respiratorios (el diafragma, los intercostales, los escalenos y los abdominales) tienen que trabajar con mayor intensidad para que los pulmones ventilen un volumen dado de aire. Este aumento de la resistencia a la ventilación causado por el tabaquismo crónico sobre todo en deportistas puede conducir a reacciones significativas de la cantidad de oxígeno disponible para los músculos que trabajan. Como consecuencia se pueden reducir de manera significativa el rendimiento de resistencia, la ventilación pulmonar y el consumo máximo de oxígeno.
Es importante pues, educar a los deportistas a evitar en lo posible el hábito de fumar. En deportistas amateur es difícil controlar esta adicción de forma eficiente. Por lo tanto, los deportistas que no pueden o no quieren abandonar el hábito pueden mejorar su rendimiento no fumando al menos el día de la competencia.
*Escritor e instructor profesional en ciencias aplicadas al futbol.
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