Los misterios de la existencia | Nostalgia
“¿Por qué a él sí y a mí no?”
Alejandro Bravo Pérez*
Cuando prendo una vela me gusta mirar la luz que evoca en mi habitación, la manera en que ilumina, que brilla y hasta brinda calidez. Es una fiel compañía siempre que hago una lectura nocturna, aunque siempre me he preguntado ¿por qué miro el brillo de otras velas?
Metafóricamente hablando, mi vida puede ser una flama, la cual muy pocas veces la miro, como lo hago con la vela en mi habitación.
La envidia es un sentimiento que ocurre cuando hacemos comparación con otros y lo que vemos nos lleva a pensar: “ese es el consentido”, “a él se le dio todo”, “¿por qué a él sí y a mí no?”.
La autoestima es influida y tiende a caer en una baja emocional, haciéndonos sentir un sentimiento de frustración y vacío.
La envidia es una impresión que emana la desdicha de no poder poseer algo que miramos en un otro; “la felicitación y reconocimiento de su jefa frente a todo el personal”, “el cuerpo torneado y cuidado de una actriz”, “el dinero, la fama y la vida de un cantante”, son algunos ejemplos de la expresión de la envidia.
En algunas religiones, la envidia es considerada como un pecado, algo que rompe el amor que debe existir con el prójimo y la comunión con Dios.
La envidia no son celos, los celos y la envidia son experiencias completamente diferentes. De los celos les hablaré en el siguiente artículo.
La envidia podría entenderse como ese sentir entre enojado y frustrado, ese rechinar de los dientes, ese desánimo que llega por ver algo que no se posee y va siempre asociado a compararse con otros.
En realidad, la envidia es algo que experimentamos en un momento de nuestras vidas, algunos lo experimentan más que otros, y cuando es más presente en la experiencia de una persona, sería importante analizar que el sufrimiento es causado por el deseo de poseer lo que tienen otros, pero la envidia no es un pecado ni un sentimiento negativo, trabajada de manera correcta, la envidia puede convertirse en un impulsor de empuje a superarse, porque se puede llegar a pensar que se puede conseguir eso que otros tienen, siempre con un poco de constancia, superación y trabajo arduo.
¿Qué puedes hacer tú? para poder conseguir eso que miras en otros; por otro lado, ¿realmente lo quieres? porque si haces la pausa correcta, podrías también aspirar a algo mejor, siempre superándote y no gastando tu energía criticando y queriendo aplastar a otros.
La definición misma de la envidia dice que anhelamos eso que otros tienen, pero bueno, ¿qué estás haciendo para conseguir eso que los otros tienen? La clave es la conciencia, ser consciente de que se experimenta la envidia, porque nos permite preguntarnos ¿para qué quieres eso que ves en otros? Formular esas preguntas puede ser un buen inicio para intentar canalizar la experiencia de la envidia.
Si la respuesta es no, la experiencia de envidia decrece, si tu respuesta es sí, bueno, entonces hazte una nueva pregunta ¿qué tan comprometido estarás para conseguirlo? Que eso que quieres, que ves en otros, no sé quede solo en un mal sentimiento por lo ajeno, que sea mejor una satisfacción de haber conseguido algo mucho mejor.
Hola, mi nombre es Alejandro Bravo, cuento con la formación como terapeuta existencial. Más que hablar de teorías o técnicas, me gusta explorar lo que está presente, lo cotidiano, lo que ocurre.
Si te interesa conocer un poco más de esto e indagar en tus propios misterios, te invito a crear un espacio de relación y diálogo para que, juntos, podamos comprender un poco más la “situación” que estés viviendo, como también la manera en que te relacionas con el mundo y los demás.
Hasta la próxima.
Terapeuta Existencial
Correo: cypesc@gmail.com
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.
