La familia | Un día de spa

La familia | Un día de spa

“La familia es lo único que se adapta a nuestras necesidades”

 

Susana Sánchez*

Iniciamos en casa una época vacacional más, donde las actividades de todos cambian para dar lugar a periodos de descanso, de reponer fuerzas, de disfrutar cosas diferentes y aprovechar el tiempo de ocio en acciones para las cuales no siempre tenemos tiempo o disponibilidad.

Es una etapa en nuestro hogar donde todos tenemos más tiempo para convivir con los nuestros sin las prisas y las distracciones de la vida escolar o laboral. Estos días deben ser también una oportunidad para cada uno crecer como personas y disfrutar a la familia.

La diseñadora de interiores Mariangel Coghlan nos dice que “es un buen momento para crear espacios armoniosos que nos ayuden a saborear cada día, siendo nuestro hogar, un refugio al que nos ilusione llegar, un lugar donde nos sintamos comprendidos, queridos, seguros y aceptados. Un espacio gratificante y placentero”.

Los preciados momentos que pasamos en compañía de nuestros seres queridos es la manera en la que nos damos cuenta de que al final, la familia es prioridad en todos los momentos de nuestras vidas.

Las vacaciones nos dan esa oportunidad de investigar y aprender nuevos modos de convivencia, de colaboración, de relajarnos juntos, de fortalecernos juntos y de disfrutar con actividades que nos unan más.

Una propuesta interesante que podríamos adoptar en nuestras casas es incorporar cosas que todos disfrutemos y que nos den satisfacción y bienestar, como, por ejemplo, unos días de spa.

Los expertos nos recomiendan agendar un día para mimar a los nuestros con técnicas que los más grandes expertos envidiarían, un día dedicado exclusivamente a disfrutar y relajarnos, poniéndonos la ropa más cómoda, sacando del cajón los perfumes, aceites, cremas y sales que todos guardamos para un gran momento y usarlos, diciéndoles a los nuestros que no se nos ocurre una mejor ocasión para utilizarlos que estas vacaciones.

Juntos podemos crear mascarillas, limpiadores, exfoliantes y menjurjes que nos ayuden a relajar, a descansar, dar masajes y hacer manicure y pedicura a fin de ser más serviciales, pero sobre todo a apapachar a los que más amamos, la iniciativa puede venir de cualquier miembro de la familia y los demás secundar la idea.

 Y dentro de este cúmulo de banalidades que propongo no quiero decir que lo importante es quedar guapos -que de paso, nos servirá a muchos- sino que los practiquemos por una muy buena razón: el roce hace el cariño y el cariño une a la familia, así que intercambiar amor a través de terapias de relajación, masajes des estresantes, faciales de sonrisas y caricias a las manos y pies que trabajan y estudian duro es fomentar el amor, es reencontrar la alegría escondida que da llegar a casa, es cuidar los detalles con el trato cariñoso y el demostrar que los que viven conmigo me importan y merecen lo mejor.

 

*Maestra en Educación Familiar

 

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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