La familia | Respetar la singularidad
“La observación y el conocimiento detallado de cada hijo nos mostrarán cual es el camino que debe tomar cada uno…”
Susana Sánchez*
En la familia encontramos una diversidad de personalidades, caracteres e identidades muy nutrida, es el grupo donde las diferencias se notan más por tener la característica de vivir todos juntos, aun y cuando todos reciban la misma educación.
La palabra singularidad nos indica una noción de único, deriva del vocablo latín singularitas que significa uno, es la característica de aquello que es singular, poco frecuente, fuera de lo común o asombroso, es la cualidad que distingue a algo de otras cosas de su tipo.
En el ser humano, la persona singular es aquella que se distingue de sus pares en aspectos como el comportamiento, los modales, la ética, las costumbres, la manera de comportarse, de hablar, de vestirse, así como el modo en cómo reaccionan a diferentes circunstancias.
En este espacio hemos dicho que cada hijo es único y todos son como los dedos de la mano, diferentes y especiales, con características únicas que los hacen ser quienes son, dotados de una personalidad diferente y excepcional.
La singularidad está formada por muchos elementos, entre los que se encuentran las experiencias, los conocimientos, las habilidades, las pasiones y los aprendizajes, esto nos trae como resultado la unicidad de la persona, esto es, que todos somos únicos, irrepetibles, diferentes y especiales y que no hay otra persona en el mundo igual a otra.
El valor de este término nos invita a reconocer dentro de la familia a cada hijo y a cada esposo como un ser único y valioso al cual debemos aceptar tal y como es, siendo esta singularidad respetada y encauzada de tal manera que cada hijo desarrolle de manera única y personal su personalidad, potenciando cada uno de sus talentos de la manera en cómo ellos lo pueden hacer.
Este respeto a la singularidad de cada hijo es esencial para poder mostrarle que las cualidades o atributos que lo hacen diferente o especial están respaldados por sus padres y que recibe la aprobación de estos justo debido a esas singularidades.
La observación y el conocimiento detallado de cada hijo nos mostrarán cual es el camino que debe tomar cada uno para que puedan crecer en positivo, llevándolos a ser personas extraordinarias y que buscan la excelencia como seres humanos.
Las palabras y las acciones que como padres les damos a los hijos tienen un alto impacto, sobretodo porque estas les llevarán a integrar de manera adecuada o inadecuada su propia personalidad, recordando que sobretodo en la infancia, lo que nosotros les digamos se les grabara para siempre en su corazón.
Respetar la singularidad de cada hijo puede ser difícil si nosotros como padres no valoramos el que nuestro hijo sea diferente a los demás y lo empujemos a hacer las cosas que hacen los demás niños. Más bien, el secreto consiste en sacar lo mejor de sus peculiaridades para generar en ellos una autoestima sana y que se sientan muy orgullosos de no ser como todos, sin darles un mensaje equivocado de soberbia o de prepotencia, sino más bien siendo muy agradecidos por los dones que cada uno tiene y sabiéndolos encaminar hacia el bien.
Tengamos por seguro que, si nosotros como papas logramos ser empáticos y respetar y aplaudir las singularidades de nuestros hijos, sintiéndonos muy orgullosos de ellos siempre, ellos tendrán mayores oportunidades de desarrollar un bienestar físico y psicológico optimo y además tendremos su confianza, su cercanía y su cariño.