La familia | Niños de nadie
“En cada niño nace la humanidad”
Susana Sánchez*
El día de ayer se conmemoró el día internacional de los niños en situación de calle, aquellos que pareciera que son invisibles para la sociedad y cuya vida ha estado llena de carencias y atención. La razón de recordar este día es justamente denunciar la situación que enfrentan millones de niños en el mundo que no tienen ninguno de los derechos a los que deberían tener acceso.
Según los últimos informes de UNICEF, existen en el mundo más de 100 millones de niñas y niños abandonados de entre los 10 y los 14 años, todos intentando sobrevivir sin un hogar y sin padres o tutores que les respalden, los eduquen y los protejan. Solo en México, la cifra es de casi 100,00, lo cual representa el segundo lugar en Latinoamérica, sin duda una cifra escandalosa que nos obliga a voltear a esta dura realidad de la niñez mexicana.
Un niño de la calle es todo aquel que se encuentra en un alto riesgo en las áreas urbanas, todos los que no cuentan con una familia que les cuide y les sostenga y que tratan de sobrevivir con actividades que les den lo mínimo para sobrevivir.
Las causas de esta terrible situación son entre las principales, la desintegración familiar, la pobreza extrema, los abusos de todo tipo, la explotación infantil, el desplazamiento social por emigración y los conflictos armados.
Esta situación de calle aumenta en ellos la probabilidad de muchos peligros, desde desnutrición crónica, carencia de educación, de formación, de violencia, de falta de futuro claro y en el peor de los casos, de morir en edades tempranas.
Los niños tienen una posición especialmente vulnerable con una alta posibilidad de sufrir daños porque al no contar con autonomía, tienen una posición de desventaja que les impide hacer efectivos sus derechos y libertades, lo cual los hace presa fácil del entorno hostil y de los depredadores sociales que ven en ellos una oportunidad para explotarlos, abusar o iniciarlos al mundo de las drogas o de la delincuencia.
Desde muchos frentes se ha tratado este tema con el objetivo de hacer visible el problema y llamar la atención de todos, en lo público y en lo privado hay programas asistenciales de gobierno y asociaciones civiles que buscan solucionar de alguna manera las graves carencias de estos niños, también la industria del entretenimiento ha hablado del tema en películas como Oliver Twist, Ciudad de Dios, los hijos de Nadie, quisiera ser millonario, Los Olvidados, Tsotsi y la invención de Hugo, entre muchas otras.
La finalidad es captar nuestra atención para atender entre todos y desde nuestra realidad, este problema que es de todos; cada uno puede ayudar de muy diferentes maneras: podemos platicar con nuestros hijos de esto, proporcionándoles una educación integral basada en la generosidad, en la compasión y en la responsabilidad social que como personas debemos tener hacia los demás.
Además, podemos participar con las diferentes instancias que atienden a estos niños proporcionándoles recursos materiales, apoyando sus programas, sumándonos a sus actividades como voluntarios, organizando colectas o buscando medios para que su calidad de vida se eleve.
Y en casa, es importante recordarles a los nuestros que son hijos amados, esperados y deseados, mencionarles que fueron y siguen siendo niños privilegiados, sin nunca haber vivido violencia, discriminación, hambre, pobreza extrema, vicios, carencias físicas o emocionales graves y falta de amor, para que ellos agradezcan, aprovechen y a su vez retribuyan y para sean siempre buenos y felices con todas las bendiciones que Dios, a manos llenas les ha dado.
