La Familia | La Sagrada Familia, modelo de nuestras familias
“Dios ha elegido nacer en una pequeña familia”
Susana Sánchez*
La Navidad está a la vuelta de la esquina, y con ella vienen los momentos de convivencia familiar más intensos de todo el año; es la época del año idónea para aprovechar el acercamiento entre todos y ponemos a prueba muchas de las virtudes de las que hemos hablado en esta participación.
Y es que, la mejor vivencia que podemos experimentar esta Navidad es la de reflexionar todo lo que Dios hace por la salvación de la familia, núcleo de la sociedad y pilar de la vida humana.
En palabras de mons. Diego Monroy, rector de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe: “la familia es salvada cuando vive la vida que Dios dispuso para ella”.
Desde el momento en que el Verbo eterno se hizo humano y vivió y creció en una familia, la familia tomó una gran dimensión sobrenatural, porque desde el momento en que el Verbo se hace humano, santifica a la familia.
Debemos pensar cada uno de los que formamos nuestra familia, si realmente los miembros de la Sagrada Familia son ejemplo para mí, si los esposos luchan cada día por parecerse más a San José en la entrega a su familia, en la laboriosidad, en la paciencia, en la confianza en Dios.
¿Y las mamás? ¿Buscamos imitar a la Virgen María? ¿Procuramos cada vez más ser el sostén espiritual de nuestros esposos y nuestros hijos? ¿Educamos en la fe? ¿Somos entregadas a los nuestros sin reservas y sembrando amor siempre?
¿Como matrimonio como estamos? ¿Respetamos a nuestro cónyuge, lo amamos entrañablemente sabiendo que es nuestro camino de salvación?
¿Y los hijos buscamos ser obedientes, trabajadores, respetuosos con los padres, fomentando y priorizando la unión familiar?
La familia de Jesús, al igual que la nuestra, también va en camino de santidad, buscando en todo agradar a Dios y agradarse entre ellos mismos para conservar ese amor que nos hace a cada uno crecer como personas y ser mejores para poder darnos a los demás con generosidad, con alegría y con la seguridad de estar haciendo bien las cosas.
No olvidemos que la institución de la familia procede del modelo de la familia Divina, fruto del diálogo amoroso entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo que representan el modelo perfecto del hogar cristiano.
Y es que, la Sagrada Familia es la fuente de la espiritualidad para toda familia humana y de la Iglesia. En otras palabras, es la Familia de las familias de Dios. Que felicidad poder decir con santa paz que nuestro modelo de familia es la familia que Dios quiso formar en la tierra con su propio Hijo y que, con esto, celebramos cada navidad su nacimiento, demostrándolo con infinidad de acciones externas e internas.
Si las relaciones en familia nos hacen crecer, si nos fortalecen y nos animan, si nos enseñan a distinguir los verdaderos valores para tener la sabiduría y si nos hacen percibir la presencia de Dios en nuestras vidas, entonces tendremos una verdadera familia.
Deseo para todos mis lectores una muy feliz Navidad llena de amor, de paz y sobretodo llena de Dios
¡Un abrazo entrañable a cada uno!
*Maestra en Educación Familiar