La Familia | El bienestar personal en la familia
“Cuando las familias son fuertes y estables, también lo son los niños que muestran mayores niveles de bienestar y resultados más positivos”
Susana Sánchez*
La palabra se define sola: bien- estar, no hay mejor lugar para estar bien que en el seno familiar. El bienestar en familia es irremplazable.
Según la Real Academia Española, el bienestar es el “conjunto de cosas necesarias para vivir bien” y el bienestar familiar es el estado multidimensional de bienestar de y entre los miembros de la familia. Este estado multidimensional debe incluir el estado físico, intelectual, ocupacional, social, emocional y espiritual de todos.
El Informe Mundial de Felicidad de la ONU del año 2017, donde se muestra el ranking sobre los países más felices del mundo, un factor importante es el bienestar general de las personas que viven en familia, el cual es significativamente mayor al de las personas que viven solas. Ni el trabajo, ni las posesiones materiales, ni las ocupaciones personales, ni las metas personales ni los amigos logran compensar lo que una familia ofrece al ser humano.
Un elemento esencial que provee la familia para generar estos datos es el “cobijo”, que significa albergue, protección, refugio, resguardo y que podemos definir como la convicción primordial de que se nos dota de valor, de que somos considerados valiosos de manera incondicional. Podemos entonces, hablar de un amparo innato que la familia le da al ser humano y que le provee de bienestar, en ningún otro lugar del mundo seremos tan amados y se nos aceptara tal y como somos, jóvenes o viejos, útiles o inútiles, sanos o enfermos; ahí no importan nuestros títulos, cargos o posesiones, se nos querrá justamente por los que somos: familia, seres queridos.
Este factor de amparo que proporciona la familia resulta en paz espiritual y una actitud positiva del individuo frente a la vida, da autoestima y mayor valía, ya que al sentirnos aceptados somos capaces de lograr mayores objetivos.
Todos tenemos una profunda necesidad de sentirnos amados para obtener bienestar y ser felices, y es la familia quien sacia mejor esta sed.
Para fomentar este bienestar, es preciso realizar acciones conjuntas como escuchar a los nuestros en la convivencia cotidiana, haciéndonos presentes siempre que se pueda, hacer cosas juntos sin importar la actividad a realizar, hacer planes juntos, hacer memorias juntos, hacer el bien juntos. Hay que invertir tiempo y atención en la familia.
Y, aunque bien es cierto que existen honrosas excepciones, cosa contraria sucede cuando la familia no siempre está intacta y adolece de fallas que la imposibilitan para dar ese cobijo, es entonces cuando el individuo que las sufre puede presentar mayores obstáculos en su realización personal, deberán esforzarse más por obtener reconocimiento y afecto del prójimo.
Es por eso, que debemos siempre apuntalar a la familia, reforzarla en sus aciertos y corregirla en sus yerros, acrecentando su valor y dándole mayor solidez, renovándola, apreciándola y sintiéndonos contentos de apostar siempre por ella. El bienestar de los nuestros genera vínculos entre personas sanas emocionalmente y es nuestro legado familiar al mundo.
*Maestra en Educación Familiar
*Las opiniones plasmadas son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.