La Familia | Conscientes y atentos
“Dale a cualquier cosa que estés haciendo o a cualquier persona con la que estés el regalo de tu atención.”
Susana Sánchez*
La vida cotidiana suele pasar rápido y muchas veces desapercibida, es cada vez más difícil tener tiempo de calidad con los nuestros y la exigencia laboral y social nos sumergen en rutinas que no siempre son adecuadas para la integración de nuestra familia.
Es por eso que se requiere más que nunca de atención y consciencia en los tiempos familiares, saber que, aunque no siempre puedo estar con los míos, siempre puedo poner atención en lo que estoy haciendo y ser más consciente del momento que estoy viviendo.
Muchos de nosotros vivimos una vida frenética que nos da poca satisfacción. La escritora Sally Welch, nos dice que nuestros esquemas mentales predeterminados se han originado en los hábitos y las reacciones automáticas practicadas durante años que nunca han permitido un escrutinio objetivo. Corremos el peligro de que estos modelos de pensamiento controlen nuestra perspectiva sobre los acontecimientos de nuestras vidas, creando tensiones en la mente y en el cuerpo, haciéndonos incapaces de centrarse claramente en el mundo tal como es, percibiendo, en cambio, una visión de lo que tememos que pueda llegar a ser.
Practicar la consciencia nos estimula para ver el mundo tal como es, sin juzgarlo. Nos invita a ver nuestros pensamientos simplemente como acontecimientos que ocurren en la mente, no como si fueran la realidad misma. La consciencia nos permite salir de la rutina del pasado y comprometernos plenamente con el presente. Aprendemos a no anticipar los acontecimientos con ansiedad o miedo a la vez que aprendemos a no reproducir los posibles resultados, sino que esperamos a que la realidad se revele. Se nos anima a salir de nuestros pensamientos, a verlos con compasión sin enredarnos en ellos, a notar el estrés o la infelicidad, pero sin sentirnos impulsados a actuar sobre estas emociones sino, simplemente, a observarlas”.
Ser conscientes de nuestros actos, de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos nos puede dar la pauta para lograr una armonía en la convivencia familiar, lograr disfrutar más los momentos juntos y apreciar la convivencia.
Poner nuestros sentidos internos y externos en lo que hacemos nos ayuda a entender las cosas que pasan en nuestro entorno y a tener una visión más clara de lo que pasa por la mente de cada uno de nuestros hijos, sus anhelos, su visión, sus objetivos, sus miedos, sus afectos, en fin, todo lo que nos debe preocupar y ocupar cobra más sentido cuando estamos atentos y somos conscientes de lo que nos dicen y de lo que no nos dicen.
Esto nos permitirá obtener una visión más clara de lo verdaderamente importante, del tipo de padres que queremos ser y de los recuerdos que queremos dejar en nuestros hijos, priorizando siempre y en la medida de lo posible las oportunidades de hacer cosas juntos, de platicar y de crecer como individuos y como familia.
Apreciara y ver con mayor claridad las cualidades de una familia es el resultado de observar con detenimiento, con conciencia y con atención las cualidades y defectos de los nuestros para poder hacer de nuestra casa un punto de encuentro familiar y social que dé hijos útiles y serviciales a la sociedad, a la vez que nos dará una visión de lo que queremos ser y que sea nuestro hogar quien dicte el futuro de los que lo formamos.
*Maestra en Educación Familiar
*Las opiniones plasmadas son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.