Hablemos de seguridad…y algo más | Transformación positiva de conflictos
“Los pleitos ni ganados son buenos”
Diego Varela de León*
Sin duda alguna los seres humanos somos tan distintos unos de los otros, pues cada quien tenemos diferentes intereses y diversas preocupaciones, así como expectativas, problemas, experiencias, sueños, opiniones, gustos tan diversos y es precisamente parte de lo que nos distingue, nos enriquece y obviamente nos hace distintos unos de los otros, aunque también en muchas ocasiones y para el caso que nos ocupa esas diferencias son fuente de conflicto. A menudo nos descubrimos discutiendo, tratando de llegar a acuerdos o enojándonos por conflictos cotidianos. En los dos últimos esbozos que hemos compartido con Ustedes amables lectores hemos abordado los temas de la prevención social, conflicto, y solución, así como el relacionado con la comunicación asertiva como medio de prevención, y en el presente a manera de hilar los dos anteriores le compartimos el cómo transformamos de forma positiva los diferentes problemas que se pueden presentar, y es que los conflictos son ineludibles pues forman parte del día a día, y nacen de nuestro interactuar diario con los demás, de las relaciones que formamos y hemos ido construyendo a lo largo de la vida.
Según el instituto de paz y conflicto cita que “El conflicto se entiende como situaciones de disputa o desacuerdo en las que existe una contraposición de intereses, necesidades, emociones, sentimientos, objetivos, conductas, percepciones, valores, y/o afectos entre individuos o grupos que definen sus metas como mutuamente incompatibles”. Y los significados que le damos usualmente coincide con términos como: tensión, riña, violencia, pelea, enfado, malestar e incomodidad, los cuales denotan una situación negativa. Los conflictos son una constante en la historia de la humanidad, se consideran una fuerza motora que contribuye a generar cambios en provecho de la sociedad; sin embargo, cuando éstos no se solucionan de forma adecuada, entonces paulatinamente derivan en actos de violencia que ocasionan daños severos en las personas y a la misma sociedad, y son precisamente las relaciones con nuestros pares que nos imponen grandes retos, pero también son fuente de grandes satisfacciones y uno de los retos principales que cada uno tenemos es poder transformar de forma positiva los conflictos que tenemos con quienes interactuamos.
Sin duda estos temas tienen mucho que ver con el tema de la prevención positiva, donde la idea es que no escalen los conflictos y estos conlleven a actos de violencia, pues es tal la importancia que tienen la comunicación asertiva y el diálogo adecuado en las relaciones tomando en cuenta las herramientas de la escucha activa, así como la importancia de la confianza y el sentido de pertenencia y cohesión comunitaria, y con el afán de poder entender acerca de que es el conflicto, cuáles son sus características, sus funciones, sus causas, sus efectos, sus tipologías y las distintas formas en que los abordamos, pues es de suma importancia comprender las razones que ocasionan la confrontación e inconformidad entre pares, así como los componentes que intervienen en el conflicto tal como las mismas personas, los problemas en sí, y el proceso o desarrollo que le damos a dicho conflicto, y es precisamente del conocimiento de dichos componentes que nos permite entender porque huimos del conflicto, o porque lo enfrentamos de formas agresivas y como nos impacta de manera negativa en nuestras relaciones cotidianas, por lo que es importante ver el conflicto de manera positiva e inevitable y viéndolo desde esta perspectiva sin duda es una buena oportunidad invaluable para crecer y mejorar nuestras relaciones propositivas y por ende generar una buena convivencia social, y en relación a nuestros dichos de forma coloquial dicen que: “Los pleitos ni ganados son buenos”
Entonces pues el conflicto puede ser visto de forma positiva o negativa dependiendo de la visión que tengamos de este, será en función de la evaluación de los riesgos que seremos capaces de identificar, y es que desde una visión positiva el conflicto nos ofrece grandes posibilidades de crecimiento y aprendizaje, sin embargo, cuando es visto como una amenaza, conlleva riesgos que impactan de manera negativa en los individuos y sus relaciones. Y viéndolo de manera propositiva sin duda existen mayores beneficios cuando abordamos el conflicto de manera positiva que de manera negativa, tomándolo como una oportunidad de cambio, de transformación, de reinvención de la realidad y el establecimiento de nuevas y mejores relaciones entre unos y otros, y es que haciendo un abordaje constructivo destacamos una faceta por demás positiva que sin duda nos llevara a la transformación del conflicto poniendo por delante nuestros valores y principios de actuación, y en esa configuración propositiva sin duda contribuiremos a construir una ciudad orientada en valores, esperanza, armonía y paz social.