Hablemos de seguridad… y algo más | La importancia del ciudadano en la prevención
“La prevención inicia por mí, por ti, la prevención la hacemos todos, y todos construimos comunidades de paz y armonía social”
Diego Varela de León*
El concepto de ciudadanía ha evolucionado desde la antigua Grecia hasta nuestros días; en Grecia lo era desde el punto de vista político, ya que Grecia era un conjunto de polis o ciudades-estados, cada una con sus propias leyes y gobierno; es decir, eran polis independientes, como Esparta y Atenas.
Las primeras personas que recibirían el título de ciudadanos serían los habitantes de Atenas, en el siglo 5 a.c. y surge ahí la democracia, donde la participación directa de los ciudadanos en el gobierno de la ciudad sería un hecho clave, y es cuando nace la principal característica en una forma de gobierno, donde participaban los ciudadanos en el gobierno de la ciudad. En la democracia ateniense solamente eran ciudadanos los varones libres, así como también hijos de padres y madres atenienses, es decir, era un porcentaje reducido de la población que era considerado ciudadano y claro que las mujeres, extranjeros y esclavos quedaban excluidos de la categoría de ciudadanos; ya en Roma, el concepto de ciudadano fue modificándose durante la llamada civilización Romana, y lo mismo sucede en Grecia, donde comenzaron a reconocer derechos de ciudadanía, primero a los habitantes de Roma, entonces, pues, eran los ciudadanos de Roma y también los habitantes del territorio del imperio.
En la Edad Media, con la caída del Imperio Romano de Occidente, la noción de ciudadano desaparece y fue reemplazada por las relaciones de vasallaje que caracterizaron al feudalismo, que es donde se establece que los vasallos trabajaban para los feudales y recibían la protección de estos, que no eran considerados ciudadanos y menos titulares de derechos políticos.
La edad moderna es la etapa de los reyes, donde se crean los estados nacionales y surge el absolutismo monárquico; en el siglo 17 y 18, comienza una serie de revoluciones burguesas o políticas que terminan con el poder de los monarcas absolutos, y en este contexto surge nuevamente el concepto de ciudadanía que había quedado olvidado en el feudalismo de la Edad Media, y resurge con el reconocimiento de los derechos políticos y civiles a todos los habitantes, de acuerdo con el principio de soberanía popular y de igualdad de derechos. Este concepto reapareció en el siglo 18 y fue cultivado por los enciclopedistas franceses, un grupo de sabios (Montesquieu, Diderot, Voltaire, Danton, etc.) que creían que todos los hombres y mujeres nacen libres y con los mismos derechos y oportunidades que sus semejantes.
El pensamiento de estos hombres contribuyó a una de las grandes transformaciones del mundo moderno, como fue la Revolución Francesa, de la cual el lema era: igualdad, libertad y fraternidad, ideas que alentaron la Revolución Francesa e igualmente motivaron la independencia de las colonias de América como la Nueva España, misma que después se convertiría en nuestro México, y es en el surgimiento de naciones libres y soberanas donde se planteó la necesidad de formar ciudadanos libres y amorosos de su patria e historia, respetuosos de las leyes y las normas que el estado establece a la sociedad para vivir en armonía social, y desde entonces podemos decir que ciudadano es todo individuo miembro de una nación con derechos y obligaciones, de cuyo ejercicio y observancia depende el funcionamiento de toda sociedad.
Hoy, los ciudadanos ejercemos un papel preponderante y activo en la toma de decisiones del estado, con una importante participación en la política, cultura y economía nacionales, encaminados a la construcción de un mejor país, y nuestros derechos están garantizados en nuestra carta magna, pues entre otros tenemos derecho a expresarnos, a informarnos y a asociarnos con entera libertad, tenemos derecho a utilizar dicha libertad como queramos, siempre y cuando no afectemos los derechos de terceros.
Hoy nuestra sociedad enfrenta nuevos retos, distintos a los que tuvieron las sociedades del pasado, por ejemplo la conservación del medio ambiente, o el respeto a la diversidad, lo que significa que debemos aprender a aceptar y convivir con nuestros semejantes sin importar el grupo étnico al que pertenecen, su sexo, edad, salud física o mental o su religión, además de nuestra participación activa en la prevención de las conductas antisociales, pues la prevención inicia por mí, por ti, la prevención la hacemos todos, y todos construimos comunidades de paz y armonía social.
*Libre pensador, amante de la lectura, la música y el deporte
**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a nuestros lectores.