El sentido del derecho “In actu” | La independencia y los derechos
“De la independencia hasta nuestros días”
Oscar Gabriel Campos*
En colaboraciones anteriores, hemos abordado el papel de los derechos humanos y su evolución dentro de la historia constitucional de nuestro país, resultado de diversas luchas.
El movimiento de independencia de nuestro país, gestado por mujeres y hombres como Hidalgo, Morelos, López Rayón y la Corregidora, defensores de los derechos humanos, con la expedición del bando el 6 de diciembre de 1810 por Hidalgo, en virtud del cual decretó la abolición de la esclavitud y dispuso so pena de muerte a quienes transgredieran esta disposición.
Posteriormente, Morelos, al pronunciar su discurso inaugural de los trabajos del Congreso Constituyente de Chilpancingo, dio a conocer “Los Sentimientos de la Nación”, que en el punto 15 reiteró la necesidad de proscribir la “esclavitud para siempre, y lo mismo la distinción de castas, quedando todos iguales y sólo distinguirá a un americano de otro el vicio y la virtud”, sentando los principios constitucionales de igualdad, soberanía y derechos humanos.
En ese orden de ideas, en la Constitución de Apatzingán se plasmaron los ideales que movían a la gestación de la Independencia, en su artículo 24: “la felicidad del pueblo y de cada uno de los ciudadanos consiste en el goce de la igualdad, seguridad, propiedad y libertad.
La íntegra conservación de estos derechos es objeto de la institución de los gobiernos y el único fin de las asociaciones políticas”.
El Acta Constitutiva de la Federación Mexicana, del 31 de enero de 1824, reiteró este propósito en el artículo 30: “La Nación está obligada a proteger a través de leyes sabias y justas los derechos del hombre y del ciudadano”.
La Constitución de 1824 consagró algunos derechos fundamentales de la persona en los artículos 50, fracción III; 161, fracción IV; 112, fracciones II y III, y 146 a 153; los dos primeros se refieren a la liberta de escribir, imprimir y publicar, los restantes se refieren a la propiedad, posesión y a la administración de justicia.
En materia de derechos políticos o ciudadanos, en la Constitución de 1857 hubo un importante avance, ya que las elecciones en México a principios del siglo XIX eran indirectas en tercer grado, toda vez que los ciudadanos elegían electores de parroquia, estos a los electores de partido y estos a los diputados, senadores y presidente de la República.
Considerando que, de los derechos políticos, el derecho al voto es el más importante, a través de su ejercicio, el ciudadano, además de elegir a sus representantes y de escoger un programa político con apego, al cual desea que se gobierne el país, también escoge a quienes eventualmente podrán reformar la Constitución del país, y además, a través de su ejercicio se refrenda, confirma y actualiza la decisión de que la democracia sea la norma básica de gobierno, por ello el Congreso Constituyente de 1856-1857, al discutirse el derecho al voto, la Comisión de Constitución propuso que se limitara el derecho al sufragio a aquellos que supieran leer y escribir, además de que conocieran las operaciones fundamentales de la aritmética, lo que daría como resultado que se excluyera del juego político a la mayoría de la población; luego, el poder constituyente de 1857 suprimió la exigencia de saber leer y escribir para poder votar.
Con el triunfo del movimiento político de Madero, y la reforma de noviembre de 1911 a la Constitución de 1857 y se adoptara el sistema de elección directa para todos los cargos de representación política, la no reelección, entre otras disposiciones, ocasionando que se abandonara el sistema de elección indirecta, en el que los ciudadanos transfieren su derecho a elegir a sus representantes a un grupo reducido de electores. Llegando a la vigente de 1917, con sus más de 700 reformas, sin embargo, con toda su fuerza y vigor en favor de los derechos humanos, atendiendo al contexto actual.
*Abogado y librepensador
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