El ABC de la biodiversidad | Las pitayas en Zacatecas

El ABC de la biodiversidad | Las pitayas en Zacatecas

“…el fruto se distingue por su sabor dulce y atractivos colores…”


Daniel Hernández Ramírez*


En memoria de mi querido amigo, Israel Barbosa Aguiña

(1975-2022)

 

Durante mi formación como biólogo en la Universidad de Guadalajara, tuve la necesidad de cambiar mi residencia a un municipio que es la cede de la Reserva de biosfera de Sierra de Manantlán, me refiero a Autlán de Navarro o lo que antiguamente se le llamó Autlán de la Grana en Jalisco, México.

En ese lugar aprendí un poco sobre la gente que vive en áreas naturales protegidas, el manejo de cuencas, los murciélagos, los colibríes, la etnobiología y en general sobre un ecosistema que en lo personal me gusta mucho, la Selva Baja Caducifolia. En estos lugares, en donde la biodiversidad abunda, las cactáceas me atrajeron sobremanera. Las hay de diversos tipos, pero una de fue la que más me sorprendió, el cactus columnar llamado pitayo u órgano.

Estas plantas son de la especie Stenocereus queretaroensis, -que significa, cirio estrecho y queretaroensis que alude a su localización en el Estado de Querétaro-. Son comunes en zonas semiáridas del centro y norte de México. Su fruto es llamado pitaya y su nombre es similar al de otra especie del género Hylocereus pero llamados pitahaya (se pronuncia pitajaya). Las pitayas, son de consumo temporal (abril y mayo) y se sabe que es una planta nativa y con distribución natural solo en México. Ha sido consumida desde época prehispánica, ya sea como planta medicinal o alimenticia. Inclusive, en años recientes es usada como materia prima en el mercado mundial de hidrocoloides alimenticios. 

Tanto fue mi gusto que comencé a frecuentar territorios con abundantes “huertas pitayeras”. En estos lugares, los dueños recolectan pitayas entre los meses de abril y mayo (antes de la temporada de lluvias), pues resulta que las altas temperaturas favorecen la floración y fructificación. 

“Los pitayeros” tuvieron la amabilidad de comentar algunas situaciones relacionadas con los órganos; entre ellas, sus usos. Comentan que son comestibles, solo que su sabor es un tanto desagradable –nunca me atreví a probarlo-, pero  dicen de personas que lo comen frecuentemente como tónico de salud. 

El fruto se distingue por un sabor dulce y por sus atractivos colores. Van desde el blanco cristalino, pasando por el amarillo y el naranja y pudiendo llegar al rojo en distinta intensidad. También tiene una gran cantidad de semillas pequeñas de color negro intenso. Son fáciles de masticar o tragar junto con el resto de la pulpa. Para mí, fue toda una grata experiencia la primera vez que las comí, pues el hambre y la sed estaban haciendo estragos y en ese momento estaba lejos de algún lugar donde pudiera adquirir algo distinto, pues no pasaba de las siete de la mañana y ya andaba en el monte.

Como parte de todos los aprendizajes ofrecidos y otros que obtuve, resaltan las relacionados con fauna silvestre. Por principio, cuando carecen de flores o frutos, algunas aves como palomas de alas blancas, pájaros carpinteros, calandrias, zanates, periquitos silvestres inclusive colibríes o mamíferos como murciélagos y algunos roedores, usan las ramas altas para colocar sus nidos y madrigueras, pues les resulta muy efectivo debido al poder de defensa contra depredares el contar con fuertes espinas. Por su parte, las abejas, avispas y hormigas, también colocan ahí sus nidos o panales.

Ya en la primavera cuando tienen flores, los consumidores de néctar y polen se hacen presentes. Hay desde los más pequeños como abejas, escarabajos, palomillas, mariposas y hormigas, que en gran medida son responsables de fecundar las flores en un fenómeno conocido como polinización, hasta algunos más grandes de talla como son los colibríes y sus largos picos que les permite absorben un néctar de calidad y de paso transportar granos de polen de flor en flor. Se le unen algunas especies de murciélago con actividad nocturna. En general la vida en torno a los pitayos es muy activa con flores y frutos o son ellos.

En el Estado de Zacatecas, es importante resaltar que la especie está presente en el ecosistema de Selva Baja Caducifolia como en el Téul de González Ortega, Tepechitlán, Trinidad García de la Cadena y Tlaltenango. Pero, las concentraciones más grandes están en Villanueva, Tabasco, Apozol, Jalpa, Juchipila y Moyahua. En esta región, durante los meses de abril y mayo los frutos vuelven todo un evento culinario, los invito a probar y disfrutar esta delicia, que dicho está no todos tenemos la fortuna de verle crecer de forma silvestre. 

 

 

Para saber más:

-        https://enciclovida.mx/especies/144039-stenocereus-queretaroensis

-        https://www.naturalista.mx/taxa/274263-Stenocereus-queretaroensis/browse_photos

-        http://rev.mex.biodivers.unam.mx/index.php/es/stenocerus-queretaroensis/

 

 

 

*Biólogo por la U de G 

Doctorado en Ciencias por la UANL

Especialista en temas de biodiversidad

biodaniel1975@gmail.com

 

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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