Bibliósfera | Tengo un primo político y una amante neumática
“El fabricante de calcetines
no piensa en pares. Piensa en dos”
Escrito en las letras pequeñas de una
etiqueta con instrucciones de lavado.
Cuento de Joseangel Rendón*
― En esta Sex Shop estamos para llevar el éxtasis a su casa o a donde usted más le plazca, señor, bienvenido.
Martín Cibolain observa a su alrededor sin entender la mitad de los raros artefactos de las estanterías. Pasa por el angosto pasillo que permiten un par de mesas, sumiendo –para no tocar o derribar ninguna de esas “cosas”– la clásica panza de un cuarentón sedentario que ya no cabe en el descolorido traje de oficinista. Se acerca al hombre que le recibió con esa chillona frase, solicitándole con su cachetona mirada un poco de discreción, para permanecer anónimo en esa catedral de la lujuria enfermiza. Llega al mostrador lo más rápido posible, antes de que el encargado abra de nuevo la boca. Ya frente a él le dice, en voz baja, casi hablando en clave:
― Busco una… una… mona inflable. Es una prescripción médica para ralentizar el estrés de mi trabajo.
Explica tajante mientras pierde el sonrojo.
― Tenemos precisamente lo que usted necesita, buen hombre.
Responde el dependiente haciendo una seña a su ayudante, con sus dos manos al viento en forma guitarresca. El subalterno corre a la bodega.
― Por cierto ¿Cuál es ese trabajo que tanto le estresa?
― Soy político; a veces funcionario municipal, a veces candidato, otras porro. La vida pública era fácil, pero todo ha cambiado.
Sus pómulos regordetes se cuelgan asumiendo un gesto triste, pero su faz cambia a sorpresa al ver el paquete que le acerca el segundo sexshopero.
― Como bien dice, todo ha cambiado. Usted será el primero en probar este nuevo modelo, señor…
― Cibolain –responde en voz baja mientras voltea en todas direcciones para percatarse que nadie escuche su nombre.
De la caja grande extraen un maniquí de tamaño natural y propiedades anatómicas dotadas de hermosura.
― KLZ 21 La compañera perfecta. –Menciona mientras la describe de pies a cabeza– Más que una fría muñeca inflable, es un androide neumático recargado de fogosidad, que podrá brindarle momentos de gran satisfacción, Señor Cibolain, gracias a su iso-esqueleto a presión que hace fluir la vida; capaz de otorgarle todo el placer en realidad meta-virtual. Casi humana. Puede realizar movimientos robóticos sensuales para iniciar un cortejo sin igual. Apapacharlo como el rey de la casa. ¡Y su piel! al acariciarla dudará que es sintética. Contiene además 69 posiciones preestablecidas totalmente programables para una excelente variedad de placer orgásmico. Es autolubricada y de fácil mantenimiento. Su cara y cuerpo son perfectos. Tiene rasgos de Marilyn, Sasha, Mia y seis actrices de fama mundial que no menciona el manual para no entrar en demandas infructuosas, porque la KLZ 21 es una diva personal, la diosa que merece en su cama, señor Cibolain. Lo que usted necesita para “ralentizar” ese estrés que lo aqueja. Su costo es oneroso, pero vaya que vale la pena.
― ¿Me la puede facturar como equipo de oficina?
― Por supuesto que podemos arreglar eso con un ligero sobreprecio. Si usted supiera “Lo que callamos las Sex Shops”…
Dos semanas después la modelo KLZ 21 ya es todo un Trend Topic y número uno en ventas de los principales establecimientos sexuales. Martín Cibolain se presenta en la misma tienda de antes, con el mismo andar vergonzoso-anónimo de la vez anterior, evadiendo las mesas de ofertas del mes para llegar al mostrador frente al conocido dependiente, que al reconocerlo le pregunta:
― ¿Viene por algún reclamo de la KLZ 21?
El funcionario balbucea algo ininteligible.
― ¿Cómo dijo? –Pregunta el sexshopero, más por asombro que esperando le repitiera la frase.
― Necesito un vibrador…
― ¿Un qué? –Le cuestiona incrédulo.
― Un consolador. Es para la KaLZeta, para ralentizarle su estrés.
Este cuento pertenece a la colección inédita: La Balada del Calcetín
*Joseangel Rendón escribe desde 1995; recientemente ha publicado los libros Fantastrágico (disponible en Amazon) y Triplicantes, de narrativa, así como Animadversos de poesía.