Autonomía económica de las mujeres | Mala madre
“La maternidad en México se encuentra llena de estereotipos y roles de género…”
María del Carmen Salinas
El día de las madres en nuestro país, podría definirse como una fiesta nacional, incluso en algunos sitios laborales permiten la salida de su personal con el objetivo que festejen, podría ser comparado con celebraciones como Navidad o Año Nuevo, ese es el tipo de movilización y celebración provocado por este día.
La maternidad en México se encuentra llena de estereotipos y roles de género, aquí se encuentra otra de las grandes luchas del feminismo, antes de continuar con estas líneas, es indispensable aclarar que el feminismo no se encuentra en contra de la maternidad, o ser madre no te impide ser feminista, al contrario este es otro gran espacio en donde es necesaria la perspectiva de género.
En este sentido, a las madres que ejercen su maternidad se les exige la perfección, no hay espacio para ningún error, todos los ojos se encuentran puestos sobre ellas, la educación de sus hijos e hijas debe ser impecable, asistir a todos los eventos escolares es indispensable, tener la comida a tiempo, la casa en orden, el estereotipo de súper mujer nos persigue todo el tiempo, y mientras menos ayuda tengas mejor madre eres.
Es aún más complicado, si decidimos ser madres al mismo tiempo que nos desarrollamos profesionalmente seremos doblemente juzgadas. A las mujeres se nos pide que criemos hijas e hijos como si no trabajáramos, y se pide que trabajemos como si no estuviéramos a cargo de la crianza de hijas e hijos.
Si alguna de nosotras falla en alguna de estas tareas somos catalogadas como “malas madres, “madres desobligadas”, “madres ausentes”, podría seguir con los adjetivos negativos que son puestos hacia nosotras, la maternidad no es sencilla exige de nosotras las 24 horas de los 365 días del año, no existe momento de descanso ni tregua.
Nos convertimos en malas madres si decidimos apostar por nuestro desarrollo profesional, también lo somos cuando no estamos en cada momento del desarrollo de nuestras hijas e hijos, lo somos todavía más si decidimos darnos tiempo para nosotras y nuestras amigas.
Estos estereotipos de género, basados en la diferencia sexual, esperan de nosotras la reproducción como misión principal de nuestras vidas, es por esto por lo que cuando decidimos apostar por nuestras carreras profesionales en vez de dedicarnos 24 /7 a la función social que nos fue asignada somos doblemente juzgadas.
¿Cuántas de nosotras no hemos escuchado esa voz insertada en nuestro inconsciente que nos dice: “deberías de estar con tus hijos, en vez de aquí”?, eso pasa mientras trabajamos, decidimos salir con nuestras amigas, o acudimos al gimnasio o cualquier actividad que se encuentre fuera de nuestro rol.
Es aquí donde la lucha feminista tiene gran cabida, romper con estereotipos tan fuertes como “madre perfecta”, “mujeres superheroínas” entender que la maternidad es combinable con el trabajo y desarrollo profesional, empoderarnos como mujeres libres de decidir si queremos estar con nuestras hijas e hijos de tiempo completo o al contrario deseamos combinarlo con otras actividades ya sean personales o profesionales sin ser juzgadas, es este espacio donde el feminismo debe cambiar el paradigma de lo que debemos ser las mujeres y lo que se espera de nosotras como madres.
Como mujer que ejerce su maternidad y decidió continuar desarrollándose profesionalmente, observo las desventajas a las que nos enfrentamos las mujeres en el mundo laboral, la licencia de maternidad vista como un descanso, las hijos e hijas como un distractor del desarrollo de nuestras capacidades profesionales son ejemplos sencillos pero reales en pleno siglo XXI.
El feminismo es un faro de luz para las mujeres que decidimos ejercer nuestra maternidad, nos enseña que no existe aquello llamado madre perfecta, que tampoco somos malas madres como todos nos lo dicen, que simplemente somos mujeres rompiendo estereotipos y aprendiendo sobre la crianza.
A las y los lectores de esta columna, quiero que sepan que no me quejo de la maternidad, al contrario, es maravillosa, retadora, me ha hecho crecer como persona en maneras que nunca imagine, pero también les hablo desde la realidad de las madres y las exigencias a las que nos enfrentamos.
A las madres que me leen el día de hoy más que una felicitación por su día, quiero decirles que las entiendo, que yo también dudaba sobre cada decisión que tomaba respecto a mis dos hijos, que hubo momentos de mucha debilidad en los que no creía que lo estuviera haciendo bien, porque eso es la maternidad un cuestionamiento constante, solamente les diré: mamás, lo están haciendo bien.
Tesorera del Senado
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