Autonomía económica de las mujeres | El mes naranja: un compromiso con la no violencia y la igualdad
“El Mes Naranja no debe limitarse a noviembre; debe ser una pauta para el resto del año…”
María del Carmen Salinas*
En el marco de la campaña del Mes Naranja, un esfuerzo global para visibilizar la lucha contra la violencia hacia las mujeres y las niñas, es fundamental detenernos a reflexionar sobre el impacto de esta iniciativa y la importancia de construir una sociedad equitativa y segura para todas y todos. En México y particularmente en Zacatecas, este mes tiene un significado especial, ya que es una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con la erradicación de cualquier forma de violencia de género y para impulsar acciones de educación y prevención en cada espacio de nuestras vidas.
El color naranja, símbolo de un futuro brillante sin violencia, nos recuerda que la igualdad y el respeto deben ser el estándar en nuestra sociedad. La campaña no solo busca sensibilizar a la ciudadanía, sino también movilizar a todos los sectores, incluidas las instituciones educativas y gubernamentales, para crear un entorno libre de violencia. En este sentido, desde el Gobierno de Zacatecas y la Secretaría de Educación, hemos asumido la responsabilidad de educar y crear consciencia sobre la violencia de género a través de programas que impactan directamente en la formación de niñas, niños y adolescentes, promoviendo una cultura de paz y respeto desde la infancia.
Uno de los pilares fundamentales de estos esfuerzos es la educación en derechos humanos y género. La implementación de programas enfocados en estos temas permite formar a las y los jóvenes no solo como estudiantes, sino como ciudadanos críticos y conscientes de la importancia de construir relaciones basadas en la igualdad y la no discriminación. En el ámbito educativo de Zacatecas, se ha puesto un énfasis especial en dotar a niñas, niños y adolescentes de las herramientas necesarias para que desarrollen una perspectiva de género y respeto por los derechos humanos, mediante la entrega de mochilas, útiles y uniformes que simbolizan el acceso a una educación digna, igualitaria y sin barreras.
Además, el programa de Dignificación Escolar que hemos implementado tiene como objetivo brindar un espacio seguro y adecuado para el aprendizaje, que sirva de base para que las niñas y los niños construyan un futuro donde se respeten sus derechos y se valore la equidad de género. Estos esfuerzos contribuyen a que las escuelas no solo sean centros de aprendizaje, sino también lugares que fomenten valores esenciales como la igualdad y el respeto mutuo, pilares indispensables para erradicar la violencia.
El Mes Naranja no debe limitarse a noviembre; debe ser una pauta para el resto del año, una señal de que el trabajo por una sociedad justa y equitativa es constante y no puede detenerse. Es esencial que como sociedad continuemos fortaleciendo la cultura de denuncia y la educación para la igualdad, pues solo así podremos erradicar la violencia de género desde sus raíces.
Hoy, hacemos un llamado a la acción a todas y todos: a los padres y madres, a los docentes, al sector privado, a las autoridades y a la sociedad en general. Construir un Zacatecas y un México libres de violencia es posible, pero requiere el esfuerzo y la colaboración de todas las personas. Que el color naranja sea no solo un símbolo, sino una promesa de cambio, una promesa de que nuestras niñas y mujeres vivirán en un entorno seguro, digno y respetuoso.
Es tiempo de hacer de la igualdad un pilar, de educar para la paz y de vivir en una sociedad sin violencia. Cada acción cuenta.