Aquelarre | De los temas sociales de mayor controversia ¿mejor no hablar?
“De política, religión y futbol es complicado entablar una conversación con gente apasionada de estos temas. El aborto es otro de los temas que genera pasiones”
Tanya Ortiz*
La semana pasada, Zacatecas se convirtió en el estado número 17 en aprobar reformas a tres artículos del Código Penal, que evita la sanción con pena privativa de la libertad a la mujer que aborte -hasta antes de las 12 semanas de gestación- o de quien practique el aborto.
Las dos últimas legislaturas locales dejaron este tema en la congeladora, pese a que hicieron algunos foros, escucharon grupos sociales que se manifestaban a favor y otros en contra, y a que lo discutieron -según eso una y otra vez- en comisiones para tratar de definir una postura y, en consecuencia, aprobar la reforma que se pretendía impulsar.
Un mandato judicial del Segundo Tribunal Colegiado del Vigésimo Tercer Circuito enviado en agosto pasado hizo a los diputados retomar el tema, ya que a sus antecesores, quienes terminaron su periodo el 7 de septiembre, ya no les alcanzó el tiempo, pese a que en las gacetas parlamentarias hay constancia de que en al menos dos ocasiones la iniciativa de punto de acuerdo había sido a tribuna por la diputada Imelda Mauricio, del partido Morena.
Pero la actual legislatura tiene entre sus filas a Renata Ávila, una feminista aguerrida, que, desde sus primeros contactos con los medios de comunicación, manifestó ideales en favor de la mujer y sus derechos y que, en especial en el tema del aborto, expresó su apoyo decidido a que la mujer pueda decidir sobre su cuerpo, así que fue cuestión de tiempo para que, ahora que es diputada local, le diera impulso a esa iniciativa.
Y a dos meses y medio de iniciado el periodo legislativo, los diputados agarraron al toro por los cuernos y decidieron abordar el tema que, por mucho que dejaron pasar sus antecesores o que hayan pretendido que “se enfriara”, sigue siendo de preocupación colectiva, genera pasiones y controversias, pero que, finalmente, había que dar cauce en atención a una orden judicial.
Así, con 21 votos a favor, la llamada despenalización del aborto quedó establecida con la reforma a los artículos 310, 311 y 313, que fueron derogados y adicionados para ajustarse a las nuevas condiciones sociales. Sin embargo, debe aclararse que, como delito, el aborto sigue tipificado y quien lo cometa o ayude a practicarlo, sobre todo sin el consentimiento de la gestante, comete el delito.
Debe puntualizarse en que las 12 semanas de gestación es la temporalidad máxima que quedó definida para que no haya delito. Después de este tiempo se mantiene su punibilidad.
Pero los legisladores, lo que buscaron, más allá de que “se permita a todas las mujeres abortar cuando les dé su gana, en vez de que se hagan responsables de sus actos y no anden abriendo las piernas primero”, como escuchamos a personas en contra del aborto, fue eliminar del código conceptos que no encajan en las nuevas condiciones sociales y que incluso van más allá al trastocar los derechos de las mujeres, como eso de que el embarazo sea producto de una relación ilegítima (¿cuántas madres solteras hay?) o que no goce de buena fama (¿quién o cómo se determina la buena fama de una mujer? ¿y la del hombre dónde queda?).
También hay que decir que se añadieron nuevas causales de aborto, lo que en pocas palabras justifica que una mujer decida no tener al hijo: cuando el embarazo sea producto de una violación o inseminación artificial no consentida, o cuando se incluye el riesgo de muerte o daño grave de la salud para la gestante o alteraciones genéticas graves en el producto.
Los grupos provida y feministas se manifestaron en el congreso, para evitar la sesión y para presionar el voto a favor, respectivamente, por lo que los diputados sesionaron en sede alterna. La decisión no era para menos, pero al final fue aprobada en esos términos, con el rechazo del sector conservador y la Iglesia Católica que consideró que ahora se trata de una violencia legal.
Algo que me hizo ruido fue que quedó escrito “persona gestante”. Creo que, independientemente de la orientación sexual o la identidad sexual de las personas, las únicas que pueden gestar son las mujeres. Además, con eso del manejo del lenguaje incluyente y que ahora también se habla de la “cuerpa” en vez del cuerpo, me parece que éste -el tema del lenguaje incluyente- también viene a resultar un tópico controversial del cual a veces es mejor no hablar.