Aquelarre | Cuidar el entorno como se cuida la casa
"Hay que desear para los demás lo que deseemos para nosotros mismos, incluso a nivel macro..."
*Tanya Ortiz
Se acercan las fechas navideñas y mucha gente ya está pensando en los regalos navideños, sobre todo en los que les gustaría recibir.
Hay quienes piensan en su familia, amigos cercanos y compañeros de trabajo, para la selección de un obsequio, pero poca, muy poca, piensa en lo que le gustaría para su comunidad, su colonia, su entorno. Mucho menos hay la que esté dispuesta a hacer algo para lograrlo.
Las redes sociales están plagadas de comentarios que reprochan el pésimo desempeño de las autoridades de los tres órdenes de gobierno con reclamos, un día sobre la ineficiencia de los servicios públicos o la deficiente planeación en algún programa de beneficencia y otro día también.
He visto como vecinos la colonia La Comarca, en Guadalupe, exigen a las autoridades municipales la limpieza y rehabilitación, así como el deshierbe de un espacio público utilizado por niños y jóvenes de la colonia e incluso hacen reproches airados por el olvido y el desinterés del Gobierno Municipal, pero no veo que publiquen una organización eficiente entre vecinos para limpiar ese espacio público y pedir a la autoridad municipal que los apoye en recoger toda la basura o la hierba que hayan quitado; tampoco los veo organizándose para pintar los juegos infantiles o reemplazar alguna lámpara de alumbrado público.
Dirán, como siempre, que eso es obligación del gobierno y para que se haga, ellos pagan sus impuestos, así es que son las autoridades las que deben limpiar y rehabilitar todos los espacios públicos.
Y tienen razón. Sin embargo, el entorno, los espacios públicos en los que cohabitamos todos, es como una gran casa. Es nuestra casa, y si en nuestra casa tenemos reglas y actividades que obligatoriamente deben realizar quienes habitan en ella ¿por qué no hacer lo mismo con el espacio de todos?
En casa, todas las cosas tienen su lugar y cuando alguien las toma debe regresarlas a donde deben estar: la basura debe ser recogida; los muebles suelen ser cuidados; los trastes deben ser lavados después de usarlos. Si un foco se funde es reemplazado; si una silla está a punto de caerse, se refuerza con más clavos o se manda a tapizar; si el baño tiene fuga de agua se le arregla... en fin. En la casa, invariablemente todos los días se realizan acciones de limpieza y de conservación del patrimonio.
Entonces ¿por qué no hacemos lo mismo con el patrimonio colectivo?
En los parques y jardines, los juegos infantiles o las jardineras, luego suelen verse maltratados, dañados o en malas condiciones; hay basura por doquier y la hierba crece sin que nadie le ponga freno.
Quisiera ver cómo estaría tu casa si la basura que generas todos los días la tiras al piso en vez de echarla a una bolsa y sacarla los días que pasará el camión de la basura. Si no cuidas las macetas y tus jardines de tu casa ¿cómo estaría el día de hoy?
Los parques no se ensucian solos, nosotros dejamos ahí la basura regada; los juegos infantiles no se dañan solos, somos nosotros y nuestros hijos quienes no los usamos de manera adecuada y si los dañamos, así los dejamos, cuando en nuestra casa ya estaríamos comprando uno nuevo.
Convendría que no solo en esta época navideña, sino todo el año, los buenos deseos que tenemos para la gente que amamos y la que nos rodea de manera cercana, sean extendidos a nuestra comunidad, para que todos colaboremos en el establecimiento de un entorno digno y seguro como nuestro hogar.
Las autoridades tienen obligación, sí, pero no más que la nuestra como ciudadanos. No se trata de que limpien más, sino de que ensuciemos menos.
No se trata de que la pasen arreglando cosas, sino de que no las dañemos; la conservación también es nuestra tarea, de la mano del mantenimiento que debe dar la autoridad, pero ¿si no lo hiciera, no podríamos hacerlo nosotros de mutuo propio?