Andar las vías | Los remedios efectivos de nuestras abuelas, siguen vigentes

Andar las vías | Los remedios efectivos de nuestras abuelas, siguen vigentes

“Nuestra herbolaria es tan efectiva, que será imposible prescindir de ella…”


LUNA MORENA.

Dicen  los que dicen, que es recomendable comer bolillo después de  haber recibido un susto fuerte, y de no hacer nada para que esto  desaparezca, nos quedara un ligero temblor de piernas hasta el cuerpo completo,  se  nos secará la boca, y continuamente   nos pondremos a llorar    sin ningún motivo; en pocas palabras nos llegará  un desguance cubriendo nuestra piel de amarillo, y nuestra faz de ojeras oscuras.

Quienes son las primeras en  recurrir a este recurso, son nuestras mamás. Desconozco como le hacen para  que este pan se haga presente al momento de  que  una sorpresa fuerte  aparezca frente a nuestros ojos, paralizando nuestros movimientos.  Esto se hace evidente  al dilatarse nuestras pupilas, al empezar a brotar el sudor como si  hubiéramos corrido kilómetros; sudoración que solo es una interesante  segregación de  aquéllas  hormonas que nos ayudan en la sobrevivencia,  porque son las que nos impulsan a correr, pero a una velocidad nunca vista, a pesar de nuestro bellísimo peso corporal. Si por gusto o por juego pretendiéramos correr igual de rápido, seguramente en el segundo paso, el más redondito caería en el segundo paso a todo lo ancho  y  panzón  de su cuerpecito,  levantando la tierra seca y polvosa para hacer campo.

Nuestras abuelas, y nuestras mamás, sabiendo las secuelas por el susto, como que hacían magia, porque de repente  aparecían  el bolillo como si dominaran ese arte; y es que la sensación de  vacío  estomacal  que se siente después, no es nada agradable, ni se puede aguantar, y solo pasa consumiendo  nuestro buen pan bolillo.

En mi pueblo además de darle a comer bolillo, también le dan una buena sobada  por todo el cuerpo  del asustado, para que si tiene paralizada la sangre, esta vuelva a su eterno movimiento, y no vaya a tener diabetes  por el susto,  recibiendo también  una buena dotación  de  jalones de  brazos,  de nariz, y orejas,  luego  su buena limpia con un huevo, mientras   van rezando lo de siempre, hasta terminar con su agüita encenizada sabor a la tierra que lo viera nacer. 

De regiones a regiones, cada  quien encara los sustos como mejor le acomode, teniendo que ver sus costumbres desde los antepasados,  herencia familiar,  o por concejos  vecinales. La mayoría de las regiones,  se va por plantas medicinales, ya sea usadas de forma externa por medio de limpias, baños, masajes, sahumerios, o rociando desde la cabeza a los pies un jarabe  hecho de  plantas hervidas.  

Por mencionar algunas ya conocidas por el uso que desde tiempo atrás les han dado son: el romero, albahaca, sauce, pirul, romero, escobilla, ruda, cuachalalate, ojo de pollo, cilantro, perejil, hierva buena, laurel, juan mecate, orégano, cúrcuma, boldo, ruda, sándalo,  amarogentina, y un vasto etcétera de  maravillosas plantas bien útiles para nuestra salud, que en este siglo han vuelto a hacerse vigentes entre las farmacias de productos naturales, tiendas comerciales, mercados, farmacias de siempre, Facebook, You Tube, y preguntando a  las  personas mayores.

Nuestra herbolaria es tan efectiva, que será imposible prescindir de ella, porque siempre habrá quienes disfruten un buen té de manzanilla, de limón,  o de santa María, bien útiles para relajar la sobrecarga de nuestro estómago.


*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.


**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.


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