Andar las vías | El buen fin con su tonada y sus letras aprendidas

Andar las vías | El buen fin con su tonada y sus letras aprendidas

“La sociedad ha ido aprendiendo a no dejarse llevar por anuncios bonitos con verdades a medias; esas que conocen el oído convencible, el oído desprendido y el oído emocionable; que hace sus compras solo por comprar,  pero sin haber analizado un buen fin para lo adquirido”

 

LUNA MORENA*

El tiempo pasa como si llevara prisa o esperara un premio a su velocidad. Lo comento porque hace algunos años, el mentado buen fin se hizo presente conquistando la atención de la sociedad en cada una de las ciudades donde fue aceptada esta moda, esta forma de comprar, disque a precios nunca vistos por las rebajas de los artículos más buscados por las familias.

Con una emoción a ocho columnas, los trabajadores que a tempranas horas habían recibido su aguinaldo, se dieron el gusto de gastar todo en la semana del buen fin, para el buen fin de sus familias. Algunos se fueron por la compra de ropa; que si los zapatos, las chamarras,  abrigos y cobijas.

Otros por los regalos de navidad para los consentidos de la familia; los que siguen, hicieron compra de modernos televisores y otras  cosas importantes necesitadas en la cocina. Los demás se fueron a vacacionar a la playa, procurando relajar la pesadez de su agotada estructura, además de disfrutar las comilonas de mariscos, con sus bebidas preferidas.

Ese buen fin estuvo bastante concurrido y bastante socorrido. De pronto pasaron los días hasta darse cuenta que para las fiestas decembrinas, no contaban con el efectivo suficiente, para las compras navideñas. Así que el buen fin que  había sido tan bien visto, ese día cayó a  la mitad de su gracia y de su preferencia. 

Para el siguiente año, justo cuando empezaba la propaganda, un buen número de trabajadores (entre ellos mi hermana mayor) le pidieron a sus patrones no adelantarles el aguinaldo en estas  promociones, sino que se los entregaran en los días que deben ser, para no tener los mismos problemas pesados;  llámese  preocupaciones y  arrepentimientos.

El anuncio a la llegada del  primer buen fin por todos los medios posibles, de verdad que hizo eco entre las personas, que habían atestiguado esta idea en otros lugares del norte hasta Estados Unidos; donde la gente desde antes de la media noche, empezaban a formarse haciendo una extensa fila en el exterior de conocidas tiendas.

Tiendas que de verdad ofertaban (y siguen ofertando) la mercancía necesaria para las necesidades del hogar y como los clientes saben que solo en esos días pueden comprar lo que les hace falta; a pesar del frío, a pesar de la desvelada, permanecen ahí hasta que otro día, en su horario de siempre, las tiendas abren sus puertas para recibir a quienes van por lo que en su vivienda les está haciendo falta. Es cuando el gentío se precipita al respectivo departamento sabiendo  que van a encontrar a un precio muy bajito aquel objeto que desean adquirir.

Faltan unas cuantas horas para el buen fin de este año, las tiendas que participan en esta propaganda han puesto sus  anuncios, esperando  que sus ventas  sean mejores  que años pasados y de esta manera, su economía tenga otro color. Reconozco que ya no se siente el apogeo de tiempos pasados.

La sociedad ha ido aprendiendo a no dejarse llevar por anuncios bonitos con verdades a medias;  esas que conocen el oído convencible, el oído  desprendido y el oído emocionable; que hace sus compras solo por comprar, en el buen fin, pero sin haber analizado un buen fin para lo adquirido.      

 

*Escritora, poeta y promotora y difusora de la cultura. Soy tres estuches de monerías y casi un montón de cosas.

 

*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

 

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