Andar las vías | Compras por vanidad quebrantan la economía

Andar las vías | Compras por vanidad quebrantan la economía

“Quien sabe administrar sus gastos, sabe ahorrar y solo gasta lo que le queda después de hacer su guardadito”

 

LUNA MORENA

Cada quien su dinero, cada quien sus compras. Que por eso trabajan, que gastan su dinero, que merecen darse un gustito, por eso se autoinvitan a ir de compras; no importa que se gasten el sueldo de ahora, dentro de varios días, estarán cobrando el siguiente sueldo.

Así se la pasan todos aquellos que piensan a la ligera y llevan su manera de vivir sin analizar el mañana. Claro que merecen de vez en cuando darse un gustito, pero con una conciencia madura y fría; ya que los gastos que se hacen al vapor suelen realizarse sin pensar en su utilidad ni en su servicio.

Que sí trabajan, se cansan, se malpasan, se desvelan; tienen derecho a salir de tiendas donde saben que encontrarán aquellos productos que les hacen ojitos y les llenan sus pupilas. Mientras  las personas gastan por gastar, los dueños de los negocios se enriquecen con los pobres. Sabedores de su presencia puntual y quincenal, identifican al derecho y al revés los gustos de sus clientes y sus maneras de consumir todo lo que (según ellos) se lleva bien con su personalidad, con su estilo y su elegancia. No les preocupa quedarse únicamente con sus pasajes del transporte, lo estrenado nadie se los quita, ni la emoción que sienten al gastar su efectivo cumpliendo sus antojos.

En caso de quedarse sin el efectivo para el transporte de todos los días, viven pidiendo prestado para salir de este pequeñísimo problema que no es nada (palabras de un conocido), para quienes acostumbran  cuidar  su economía  y rindiendo los ahorros. Muchos por llevar tal rutina, hacen un cuento de nunca acabar y una  práctica personalizada y extensa; sin saber para cuándo tendrá su  final feliz.

Derrochar en vano nunca se ha llevado bien con las reservas; es más, ni siquiera se hacen ojitos y si se llegaran a divisar, harían como que no pasó nadie. Los derrochadores no tienen como preferencia lo valioso que es el ser ahorrativo, el procurar tener su  guardadito, o algunas reservas para las urgencias. Viven ignorando los consejos compañeros con la respuesta de siempre: muy mi dinero, mi trabajo y mi vida. 

Una reacción que se da más por parte del género femenino; bueno, eso dicen los de opinión libre. Esos que no pueden ver al género femenino  comprando las bolsas que combinen con los zapatos, los zapatos que hagan juego con la diversidad de ropa, los lentes con las  blusas, los conjuntos con las botas, los suéteres con los tenis y otro poquito más.

Aparte de hacer estas adquisiciones dizque de marca, se van por la comida rápida, las fiestas  quincenales y los vehículos modernos; un distintivo  sin importancia, que no te hace distinguido ni elegante; eso viene desde el nacimiento. Así que por más atavíos y adornos que coloques sobre tu estructura, si no existe la percha para lucirlos, despídete de ellos y deja de vestir por apariencias, prestigio o distinción; porque mientras el dinero se va como agua entre los dedos, las deudas se hacen más grandes y en un futuro pueden suceder dos cosas: mejorar la calidad de vida o hundir  para siempre la economía. Por eso es de vital importancia llevar una excelente administración de  las finanzas; empezando por hacer a un lado todo aquello que pueda afectar desfavorablemente.    Quien sabe administrar sus gastos, sabe ahorrar y solo gasta lo que le queda después de hacer su guardadito.

Los recursos humanos en la vida laboral… y algo más | Los derechos humanos de los trabajadores

Los recursos humanos en la vida laboral… y algo más | Los derechos humanos de los trabajadores

Reflexionando el evangelio | Jornada de esperanza

Reflexionando el evangelio | Jornada de esperanza