Altamiza | Él de azul y muchos a su lado
“… cada gobernante, en cualquier orden del gobierno, llega a casa con su respectivo séquito de aplaudidores que está dispuesto a rasgar sus vestiduras para defender a ese que ni en la vida los hace, pero que merece a capa y espada su lealtad”.
Eva Gaytán *
Cuando una no tiene qué hacer, anda por la vida pensando tarugadas. Gracias a Dios yo pienso las tarugadas de nacimiento, las escribo de elección y las publico de oportunidad y pues nada, acá ando ahora también.
Bien raro todo. Hoy comienzo a escribir acá, hasta que me manden al churro porque se me olvide (No todos me tienen la paciencia que me tiene mi adorado Hera).
Lo raro no es que comience acá, lo raro es que el Miguel Varela comenzó al mismo tiempo que yo; para mi buena suerte yo no la tuve tan cardiaca como él, casi casi que le dijeron unos minutos antes “eh, mijo, córrale levante la mano o se la quitamos de nuevo”.
Yo pienso que el pobre criaturo hasta en chanquilas andaba porque el saquito que le prestaron estaba algo grandecito, como dicen en mi rancho “estaba más grande el muertito”, pero como quiera que sea, a mí qué me importa si le quedaba chico o grande, si se veía bien o mal. Yo como que muy esclava de la apariencia nunca he sido ni lo volveré a ser.
Lo que sí me importa es que, como cada gobernante, en cualquier orden del gobierno llega a casa con su respectivo séquito de aplaudidores que está dispuesto a rasgar sus vestiduras para defender a ese que ni en la vida los hace, pero que merece a capa y espada su lealtad.
El Azulito no es la excepción. Llegando y aplaudiendo a unas horas de que rindiera protesta como el mandamás de la capital, personas afines a él y que supongo, y espero que estén en su gabinete, subieron el logo del municipio y las críticas no se hicieron esperar y por supuesto que los aplaudidores tampoco faltaron.
Es bien importante y les voy a recomendar, no solo al Azulito, sino a todos los, hoy ya, recién llegados servidores públicos, municipales, estatales y federales: “Manténganse abiertos a las críticas, pero abiertos en realidad, no solo lo digan como lugar común. Acepten las críticas. Construyan, reconstruyan y deconstruyan a partir de la opinión pública. Eviten tener aplaudidores. No son necesarios, ustedes están donde están porque la pipol les dio la oportunidad, como ocurre en cualquier chamba donde uno llega por una recomendación y permanece por el jale. Analicen, observen, escúchense y regáñense a sí mismos, así no requerirán gente atrás de ustedes diciéndoles que son lo mejor cuando la cagan. Si alguien in your face les dice “así no”, no le odien. Quizá es su único aplaudidor real porque lo quieren fuerte y no apendejado por las voces de las fanfarrias y, por último, si los aplaudidores llegan, conténganlos. Las excusas, los aplausos, los gritos y la labia mal usada en su favor, los hace ver a ellos como vendidos y a ustedes como compradores de voluntades”.
Inicié mencionando al Azulito por dos razones: la primera fue la “presentación en sociedarks” del logo con la que se dijo por ahí, públicamente que les dieran ideas, aprovecho pa’decirle a los amigos artistas gráficos que no regalen sus ideas.
El diseño gráfico es una chulada y si el equipo entrante no es creativo, bueno sería abrir el espacio para quien sí lo es, así que no regalen sus ideas, ellos son servidores públicos que tienen un sueldo y no les hacen un favor implementando sus creaciones.
La segunda razón de mencionar al Azulito es porque él, Javo y el jerezano Ureño son los ejemplos más representativos de que el pueblo da confianza con su voto, pero en su credencial pa’votar también tienen guardados los votos de castigo, que en estos y muchos casos más traen a cuestas una responsabilidad ineludible y las voces zalameras nunca son buenas consejeras, porque siempre “florean” al mejor postor.
Por esta vez el consejo va gratis, porque yo vendo pozole, no consejos, ni ideas.
Excelente semana y nos leemos el siguiente martes, si no se me olvida.
*Es Licenciada en Letras por la UAZ; Maestra en Investigaciones Humanísticas y Educativas, también por la UAZ. Reportera, fotógrafa chafa, bruja en proceso, vendedora de pozole y eterna enamorada de la música norteña, los tacos al pastor y la cerveza bien fría