A q u e l a r r e | Pueblo chico, infierno grande
*Cuando un operativo policiaco paraliza toda actividad en un pueblo mágico
Tanya Ortiz*
Quienes estuvieron ahí y escucharon el estruendo de los disparos, aseguran que la situación no fue menor. No por nada las autoridades municipales corrieron la voz para que los locatarios del mercado municipal cerraran sus locales y mejor se fueran a sus casas, pues un importante operativo policiaco se realizaba en las inmediaciones.
Entonces, en Jerez de García Salinas cundió el pánico y no solo los locatarios cerraron, sino todos los comerciantes del centro, los vendedores ambulantes y en cuestión de una hora, prácticamente todos los negocios en la cabecera municipal habían cerrado.
Este 15 de noviembre Jerez quedó vacío, tanto de vehículos como de personas y todo estaba cerrado. En las céntricas calles de este pueblo mágico uno que otro ciudadano que tenía alguna encomienda caminaba, porque ni taxis había, y quienes andaban circulando con precaución, eran elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, que eran quienes encabezaban dicho operativo.
¿Pero de verdad todo estaba cerrado, convertido el pueblo en fantasma? Sí. Aquellos aventurados que se atrevieron a salir a constatarlo, así lo hicieron y aseguran que realmente poca gente civil andaba en las calles.
Fue un día en el que la información fluyó como pocas veces y en un lapso muy breve, el rumor de que el riesgo era mucho para quienes anduvieran en la calle y mantuvieran negocios cerrados.
Los efectivos militares mantenían el operativo mientras miembros de algún grupo criminal hacía detonaciones de arma de fuego en distintos puntos del poblado, con el único fin de distraer a las fuerzas del orden y de generar lo que lograron: infundir el miedo, el pánico en la población.
Bien decimos que en pueblo chico, infierno grande y si bien es cierto Jerez de García Salinas no es un poblado muy pequeño –poco más de 60 mil habitantes- situación así no se había registrado en este lugar.
En otros, como Florencia de Benito Juárez, la situación se tornó de peligro mayúsculo para la población en mayo del 2011, cuando dos grupos armados se enfrentaron y dejaron una cantidad indeterminada de muertos, aunque las autoridades estatales dijeron que hubo alrededor de 10.
Entonces fue más que comprensible la decisión de los pobladores de resguardarse en sus casas, pues el tiroteo duró varias horas, ante la ausencia de las corporaciones policiacas.
En Jerez, la gente se sigue preguntando si ordenar el cierre de negocios y paralizar por completo al pueblo fue la decisión más acertada, considerando las afectaciones económicas que hubo, pues mucha gente come de sus ventas, vive al día pues.
Jerezanos y paisanos que se dieron cuenta de lo sucedido a través de redes sociales, consideran que las autoridades debieron hacer el operativo conforme sus estrategias de vigilancia y capacidades de acción, delimitando una zona, pero hay otros que piensan que por supuesto que en ningún momento se pondrá en una balanza garantizar la vida de las personas o su integridad y cerrar por varias horas los comercios y haber mandado a todos a sus casas fue la mejor decisión que pudieron haber tomado.
Al final, el pueblo fantasma en que se convirtió Jerez ese día dejó secuelas porque los días subsecuentes, la gente temió salir a la calle y los comercios que abrieron, cerraron antes de que oscureciera, situación que prevalece todavía una semana después, y hasta el desfile del 20 de noviembre fue suspendido.
Del operativo, solo se supo que tras horas de esperar la orden de un juez para ingresar a una vivienda en pos de un generador de violencia que ya tenían bien identificado, al final no encontraron a nadie.
Pero hay que mantener la confianza en el Ejército, en la Guardia Nacional y en nuestros policías. Si no son ellos los que nos ayudarán a dejar esa incertidumbre y miedo ante la violencia, ¿entonces quiénes?
*Politóloga, periodista y abogada. Amante de la lluvia, la música y el petricor
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