A q u e l a r r e | Los protocolos en la rendición de cuentas; seguir tradiciones o establecer nuevos lineamientos

A q u e l a r r e | Los protocolos en la rendición de cuentas; seguir tradiciones o establecer nuevos lineamientos

*No hay mérito alguno en el deber cumplido, pero en las formas está el fondo

 

Tanya Ortiz*

No cabe duda que las cosas han cambiado.

Cuando niña, recuerdo haber hecho expresiones de fastidio al darme cuenta que en la televisión estaba un evento de políticos. Nada de películas o caricaturas. Encendía el radio y solo se escuchaba la voz de un hombre que hablaba y hablaba y hablaba cosas que yo no entendía a ciencia cierta.

En la televisión recuerdo un señor de traje y corbata, con una bandera de México cruzando su pecho, y toda la mañana estaba ese “programa”.

Luego, por la tarde, seguía ese señor, pero ahora en otro lugar, y había mucha gente formada para saludarlo. “¡Cuánto le ha de doler la mano a ese señor de saludar a tanta gente!”, le dije a mi mamá, quien me dijo que era el presidente de México.

Se trataba de Miguel de la Madrid Hurtado y lo que vi fue alguno de sus informes de gobierno que transmitían, de manera obligada y en vivo, a través de los cuatro o cinco canales de televisión que había y en todas las radiodifusoras, así como sucede ahora con La Hora Nacional, que se transmite cada domingo a las 10 de la noche, en todas las estaciones.

Conforme fui creciendo, me di cuenta que todos los gobernantes hacían lo mismo: un largo, larguísimo discurso en el Congreso, federal o local, y luego empezaba un obligado –y cansado- acto de salutación al que asistían funcionarios federales, gobernadores, presidentes municipales, empresarios…

También había una gran fiesta en la noche para celebrar la realización del acto al que están obligados y por el cual no hay mérito alguno, pues el deber cumplido, pero algún pretexto se había de tener para el jolgorio.

El desfile de personalidades se fue omitiendo conforme pasaron los años. Realmente sigo pensando que los gobernantes sufrían luego de dolores en las manos de tantos apretones recibidos, algo que, se supone, a estas alturas es impensable con el coronavirus rondándonos, pero ya vi que se sigue haciendo.

Cada presidente de la República, cada gobernador, ha impuesto su propio estilo para este acto de rendición de cuentas, estipulado en el artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que establece, entre otros temas, la obligación del Presidente de la República de presentar ante el Congreso, el día de la apertura del primer periodo de sesiones ordinarias, un informe en el que manifieste el estado general de la administración pública del país.

Es decir, ese día, durante la sesión de inicio de periodo, el presidente debía presentar su informe. Usualmente lo hacían en escrito y de manera oral detallaban un resumen de las actividades, aunque ese resumen pareciera el documento entero, por lo largo del discurso.

Para atestiguar el acto, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es decir, el titular del Poder Judicial, también asistía. Confluían pues, los titulares de los tres poderes y ese era el protocolo que marcaba la constitución.

Con los años fue cambiando y cada gobernante ha hecho como ha querido este acto, sin faltar a la ley, aunque se envíe a algún representante de los Poderes Judicial y Ejecutivo, el informe debe estar en el Legislativo.

Este 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió no acudir al Congreso y enviar a Adán Augusto López, secretario de Gobernación, a entregar el informe por escrito. El discurso, que se supone debe dirigir al pueblo de México, dejó de transmitirse al unísono por radio y televisión.

Ahora, los principales oyentes fueron los funcionarios del gabinete federal y los medios de comunicación tienen la opción de decidir o no transmitir el discurso. Sobra decir que muchos lo han omitido y dejado solo como noticia del día, con lo que cada vez más mexicanos desconocen lo que ha hecho el presidente en el último año y poco interés tienen por saberlo.

Los diputados debieron empezar la sesión del periodo ordinario sin ningún representante del Ejecutivo federal y dos horas después de programada, recibieron al secretario de Gobernación, quien solo llegó a dejar el informe escrito y se retiró. El presidente no asistió.

Antes, cada representante de fuerza política emitía un mensaje en el que fijaba postura a favor o en contra, con reproches o aplausos, por el actuar del gobernante en turno, quien escuchaba estoico, como ellos a él mientras duraba su largo discurso. Esta vez no hubo oídos mutuos.

Este 2022 en Zacatecas, las cosas también fueron distintas. El protocolo federal fue repetido en la entidad, sin considerar que las formas son el fondo.

No cabe duda que las cosas han cambiado…

 

*Politóloga, periodista y abogada. Amante de la lluvia, la música y el petricor.

 

**Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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