A q u e l a r r e | La huella que deja un maestro

A q u e l a r r e | La huella que deja un maestro

“Así como en el Día de la Madre, no hay que reconocerles solo este 15 de mayo. Mi mayor maestra ha sido mi madre, de quien he aprendido tantas cosas, que sería difícil numerarlas”

 

TANYA ORTIZ *

A lo largo de nuestra vida conocemos personas que han dejado una profunda huella en nosotros. Las encontramos en todos lados y es cuestión de identificar lo que representan para nosotros.

Hoy, en su día, resulta inevitable recordar a quienes conocimos en las escuelas. Desde primaria hasta profesional o aquellos que tuvieron la oportunidad de cursar un Posgrado, seguramente recordarán a alguien que les dejó gratos recuerdos, mucho aprendizaje y bases firmes y sólidas para afrontar la vida profesional, laboral; aunque, segura estoy, que también los hay que dejaron una huella dolorosa, pero, insisto, por muy malo que haya sido, algo bueno se debe rescatar y dejar de lado el dolor causado.

¿Recuerdan a su maestra de preescolar? ¿A alguno de sus profesores de primaria? ¿Qué tal a los de secundaria, cuando los animaban a prepararse para un examen que les permitiría concursar o alguna competencia deportiva? ¿Al de la prepa que les dijo que tenían futuro como diputados, presidentes o reinas de belleza?

De preescolar no tengo recuerdos porque ni fui -yo creo que ha de ser por eso que no me acuerdo de nada-, pero de primaria sí. Mi maestra Juanita, de tercer grado, me animó a participar en el concurso de conocimientos y con su ayuda llegué hasta la etapa regional.

Fue ahí donde descubrí mi facilidad para los bailables y no hubo festival en el que yo no participara. Cada año, al menos en el Día de la Madre, estaba ahí, animada por mis profesores de cada escuela en que estuve, porque, dicho sea de paso, estuve en varias, en varios municipios.

En secundaria fue diferente la situación porque hubo más estabilidad y mis maestros de segundo y tercer grado forjaron gran parte de mi gusto por el estudio. Ahí mis profesores Eugenio y Armando, de Ciencias Sociales, o el maestro Manuel, mejor conocido como Manolo Solo, quien me inició en el fascinante mundo de la música y me dio la primera oportunidad de cantar frente a un público.

Cómo no recordar al maestro de inglés, a quien le lloramos tanto cuando se fue. Estoy convencida de que si hubiera seguido en la escuela, le hubiera seguido por el buen camino del aprendizaje en la segunda lengua y hoy no fuera una papa enterrada.

Varios son los maestros a quienes recuerdo con mucho cariño de esta etapa. En preparatoria ya no, porque me brinqué esta etapa, aunque ello no quiere decir que no la cursé.

Seguí en el sistema abierto y ahí me acompañó en esa travesía mi querida maestra Lourdes González, quien no dejaba de animarme para que la concluyera. Y lo logré.

Ya encarrerada, le seguí en Licenciatura y ahí están memorables momentos con maestros a quienes hoy todavía sigo la pista y saludo con enorme gusto cuando nos encontramos en diversos eventos.

Nombrarlos a todos haría esta columna, falta de espacio porque son muchos, pero a quienes tengo gran aprecio son a mis tres compañeros: Ianthé Delgado, Diana Dávila y Francisco Arcos, quienes se convirtieron en mis maestros al ponerme al corriente de muchas cosas de clases, tareas y actividades que los chicos de nuestra generación hacían, pro yo no podía porque mis deberes de madre y mujer trabajadora me lo impedían.

Otro grupo de maestros al que tengo en el corazón, es el que lidera -todavía-, mi querido licenciado Saúl Martínez Villalpando: Érika Basurto, Ascensión Casas, José Manuel Medina e Ingrid Gómez. Pero también estuvieron Nicolás Pinedo, Miguel Alonso y Juan Antonio Villa, entre otros maestros a quienes aún me da gusto saludar.

Son los maestros sin duda, reitero, personas que nos ayudan a formar carácter, sueños y nuestro futuro mismo.

Así como en el Día de la Madre, no hay que reconocerles solo este 15 de mayo. Mi mayor maestra ha sido mi madre, de quien he aprendido tantas cosas, que sería difícil numerarlas.

A todos ellos, gracias...

 

Politóloga, periodista y abogada. Amante de la lluvia, la luna y el petricor

 

*Las opiniones plasmadas en las colaboraciones son responsabilidad de cada autor, así como su estilo de escritura. Ecodiario Zacatecas sólo es una plataforma digital para darlas a conocer a sus lectores.

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