A q u e l a r r e | El miedo y la incertidumbre que se percibe en la ciudad
“Nadie tiene una varita mágica para que el cambio sea inmediato y de un día a otro ya no haya homicidios”
Tanya Ortiz*
Recién me preguntaba una compañera de la universidad sobre el panorama de seguridad en Zacatecas y qué hacer para sentirse más seguros ante la ola de violencia que se vive en la entidad, pero sobre todo, en las ciudades más pobladas, como Zacatecas, Guadalupe, Fresnillo y Jerez.
Las carreteras que unen a estos municipios están focalizadas como las vialidades más inseguras, pues en ellas se han registrado cantidad de robos, desapariciones forzadas e incidentes violentos, que es difícil precisar, porque no todos son denunciados.
La carretera Jerez-Fresnillo había sido la vialidad más peligrosa por los constantes atracos a civiles y por los reiterados enfrentamientos entre grupos criminales y con las autoridades de seguridad. Era la carretera de la muerte, a decir de vecinos de ambos municipios que prefirieron empezar a hacer rodeos hasta Zacatecas, antes de atreverse a cruzar por ahí.
Ahora ese mote se lo ha ganado la carretera Jerez – Tlaltenango, donde comenzaron a registrarse diversos incidentes graves, como desaparición forzada de personas, persecuciones y tiroteos. La presencia de grupos de civiles armados a bordo de vehículos que circulan con impunidad por la zona, comenzó a notarse más, a decir de los vecinos, y ninguna autoridad los detiene.
Fue en esta vialidad donde desaparecieron el trío de muchachas de Colotlán y el novio de una de ellas, originario de Estados Unidos, y de ahí cobró fama de vialidad peligrosa. Poco a poco se dieron a conocer más incidentes ocurridos hacia el municipio Colotlán, Jalisco.
Las decenas de familias de Jerez, Tepetongo y Huanusco, desplazadas por la violencia, imposibilitadas para regresar porque los grupos criminales se han asentado en sus casas, ha recobrado fuerza otra vez en este territorio, con todo y los esfuerzos que han hecho las autoridades para ayudar a regresar a las comunidades que faltan.
Ahora, la reciente masacre ocurrida en un antro de la cabecera municipal de Jerez, acrecentó el temor de la gente de este pueblo mágico, donde el jolgorio y la fiesta forman parte de su esencia.
Murieron ocho personas en un cobarde ataque cometido contra el negocio, a donde llegaron a disparar sin ton ni son, y así, sin deberla ni temerla, clientes, trabajadores y músicos fueron víctimas. También hubo seis heridos quienes, seguramente, quedarán con el temor de volver a otro centro de entretenimiento.
¿Qué está pasando? ¿Qué tenemos que hacer para que esto se termine? Preguntas complicadas y respuestas todavía más complicadas. La guerra entre cárteles y los esfuerzos del Estado por controlar esta guerra es lo que ha hecho que haya asesinatos al por mayor, dicen las autoridades.
Por desgracia, no veo nada que podamos hacer como ciudadanos, que signifique una solución inmediata, como lo quisiéramos, aunque no significa que no podamos hacer nada: retomemos el control en nuestras familias, de nuestros hijos, para que el cambio sea a mediano y largo plazo.
Nadie tiene una varita mágica para que el cambio sea inmediato y de un día a otro ya no haya homicidios, pero corresponde a la autoridad entablar acciones para que sea lo más pronto posible y se deje de actuar de manera permisiva, al cobijo de la corrupción y otros intereses.
De lo que hagamos los demás, tal vez veremos los resultados en nuestra próxima generación.
*Politóloga, periodista y abogada. Amante de la lluvia, la luna y el petricor.
* LAS OPINIONES EN LAS COLABORACIONES SON RESPONSABILIDAD DE CADA AUTOR, ASÍ COMO SU ESTILO DE ESCRITURA. ECODIARIO ZACATECAS SÓLO ES UNA PLATAFORMA DIGITAL PARA DARLAS A CONOCER A SUS LECTORES.