VIOLENCIA, FRUTO DE LA DESIGUALDAD: IBARRA SANTOS
Gabriel Rodríguez
ZACATECAS, ZAC.- El maestro Manuel Ibarra Santos, subsecretario de Prevención Social del Delito en el Gobierno del Estado de Zacatecas explicó que la actual ola de violencia en el Estado se debe en parte a la desigualdad social que padecemos pero también a una serie de desajustes que aún estaríamos a tiempo de prevenir.
Al ahondar en los textos elaborados motu proprio, el investigador, escritor y periodista señaló que “la drogadicción dentro del entorno escolar se ha vuelto una preocupación en la cual las agencias públicas estatales no han puesto la atención debida”.
El autor de varios libros, entre ellos uno reciente: Zacatecas y Coronavirus; análisis de escenarios y paradigmas educativos postpandemia, destacó que para los alumnos de primaria y secundaria “la drogadicción es visible, ya que al menos 5 por ciento de los estudiantes interrogados dijeron que el acceso a la droga en sus escuelas y entornos escolares es fácil”.
Lo anterior, a partir de una encuesta sobre violencia dentro de la educación en Zacatecas, levantada por autoridades educativas estatales.
Ibarra Santos sostiene que 12 por ciento de los docentes que participaron en la encuesta de violencia en las escuelas de Zacatecas coincidieron con que “dentro de la escuela son accesibles drogas como marihuana y cocaína”.
Los resultados indicaron que dichas sustancias son más fáciles de conseguir dentro de la escuela, que incluso una cerveza o cualquier otra bebida alcohólica.
Al ahondar en sus escritos el investigador añade que “el reciente (trágico) asesinato de tres estudiantes universitarios en el fraccionamiento La Comarca, perteneciente al municipio de Guadalupe, pone en contexto la necesidad de diseñar y desplegar toda una estrategia integral de políticas de Estado dirigidas a proteger la integridad y la vida de los jóvenes, porque en ellos está cifrado un futuro promisorio para Zacatecas”.
Cabe destacar, como lo detalla el propio autor que, en menos de siete meses, dos tragedias de la misma naturaleza, ambas de suyo dolorosas, han cimbrado hasta la la conmoción la conciencia y la vida de los zacatecanos.
La primera de ellas ocurrió en febrero, a raíz de la desaparición y muerte de cinco jóvenes universitarios, originarios del municipio de Francisco R. Murguía, hecho al cual se suma, ahora, el caso de La Comarca.
“Estas dos fatales experiencias describen un escenario complejo derivado de la creciente violencia criminal”.
El estudioso llama la atención al hecho de que, en condiciones ‘normales’ más de 200 mil alumnos de todos los niveles escolares se desplazan por calles, callejones, plazas y plazuelas de los municipios de Guadalupe, Fresnillo y Zacatecas. Estos representan aproximadamente 40% de los estudiantes que atiende el sistema educativo zacatecano.
Lo anterior, ante un creciente fenómeno de violencia, desapariciones y asesinatos en diversas partes de las tres localidades.
Para Ibarra Santes ese es el segmento importante de población zacatecana que acude cotidianamente a clases a las escuelas de los diferentes niveles, y que “se ha convertido en un sector altamente vulnerable frente al impacto de la violencia y la acción de grupos criminales”.
Del total de alumnos del sistema educativo zacatecano, alrededor de 50 mil asisten a instituciones de enseñanza superior y otros 60 mil adicionales son estudiantes de bachillerato.
A los tradicionales retos y problemas de cantidad y calidad que venía enfrentando la educación zacatecana (que se mantienen enraizados, sin solucionarse), ahora se agrega otro de dimensión monumental: proteger la integridad física y la vida de los estudiantes, frente a la acción perniciosa de la violencia criminal.
Algunas estrategias
Ante dichos compromisos y emergentes escenarios de violencia, el maestro indica que se debe trabajar con atingencia en la construcción de redes ciudadanas e institucionales, para proteger la integridad física y la vida de los estudiantes en varias dimensiones