SUFREN MADRES INMIGRANTES A SU PASO POR ZACATECAS
TEXTO Y FOTOS: FERNANDO QUIJAS
ZACATECAS, ZAC.- Cuando en México el 10 de mayo es un día de fiesta al celebrar la figura de la Madre, para las miles de mujeres centro y sudamericanas que quedaron varadas en territorio zacatecano al buscar el sueño americano es solo una jornada más en la pesadilla de ver a sus hijos sufrir hambre, sed, enfermedad y abusos por parte de los mismos agentes del Instituto Nacional de Migración.
De los casi 3 mil inmigrantes que han permanecido aislados en diferentes puntos del estado durante casi una semana luego de viajar de manera clandestina sobre el tren de carga conocido como La Bestia, Ecodiario Zacatecas pudo constatar en la estación del tren de Cañitas de Felipe Pescador, donde estuvieron apenas el fin de semana pasado, que una gran parte de estas personas son mujeres que viajan acompañadas por sus familias o que se encuentran embarazadas.
Aunque provenientes de diferentes países, muchas de las historias que convergen entre los vagones son de madres que coincidieron en buscar mejores condiciones para sus familias que las que pudieran tener en sus lugares de origen, asolados por la pobreza y la violencia, aunque para ello tuvieran que arriesgar sus propias vidas en México, donde con lágrimas en los ojos aseguran ser tratados, incluso sus pequeños hijos, “peor que animales”.
“Yo me vine para acá por la situación del país donde estaba. Pensé que pasar por aquí sería difícil, pero no sabía que me iba a costar tanto”, lamentó con la voz débil, “Fany”, quien con tres meses de embarazo decidió abandonar Caracas, Venezuela para brindarle un futuro mejor a su bebé.
Ahora, con ocho meses de embarazo, sin los cuidados que tanto ella como su bebé requieren y ante la debilidad que provoca la falta de alimentos, “Fany” cae constantemente inconsciente hasta que sus propios compañeros le otorgan un poco de ayuda, a pesar que a muchos de ellos los agentes del INM, acusan, les tiraron sus pertenencias, incluso el bolso en el que la futura madre cargaba los artículos para su bebé.
Helen, de 22 años y originaria también de Venezuela, viaja con cuatro meses de embarazo y un bebé de apenas 2 años de edad, con el deseo de ver a su padre, quien se encuentra en un estado crítico de salud.
Sin embargo, a pesar de que su marido es mexicano y pudiera acceder a los derechos que la nacionalidad de su esposo por derecho les brinda, las mismas autoridades del INM le han negado el acceso a los permisos legales para su paso, entre amenazas y malos tratos, sin la observación de los organismos encargados de velar por los derechos humanos.
“Donde pudiera viajar regular, lo haría. Completamente lo haría de todas formas, pero mi papá está muy enfermo y necesito llegar a como dé lugar. Él ni siquiera sabe, pero yo traigo un niño de 2 años, aparte una barriga. Y tengo que viajar en esta situación, con tal de verlo. Yo sé que no es problema de ningún mexicano lo que yo tenga que hacer en Estados Unidos… Yo no estoy pasando por su país para quedarme, tampoco por su dinero. Yo solamente quiero pasar para ver a mi papá en los Estados Unidos porque es la única manera que puedo salir de mi país, de Venezuela”, lamentó la joven madre.
Tras permanecer sábado y domingo en Cañitas de Felipe Pescador, donde los lugareños y asociaciones civiles ayudaban con lo que podían a las familias varadas, finalmente partieron el pasado lunes hacia estación Opal, en el municipio de Mazapil, donde nuevamente serían abandonados en los vagones, cada vez más incomunicados, sin agua ni alimentos, alejados de la ayuda que tanto necesitan para continuar con su destino.
