PEDRO NAVA, LABRADOR DE JARDINES

Texto y fotos: Tanya Ortiz

TLALTENANGO, ZAC.- Mientras corta las pequeñas ramas que sobresalen y van deformando la figura de arbusto, Pedro Nava Santillán conversa jovialmente con personas que pasan por el jardín y lo saludan.

Desde hace 30 años, don Pedro se ha encargado de darle “vida” al Jardín Miguel Hidalgo, de esta cabecera municipal, al brindar los cuidados necesarios al pasto, los árboles y palmeras, pero imprimiendo su sello personal a los arbustos, de los que ha creado diversas figuras que hacen que este espacio público sea único.

Cuando fue contratado como jardinero, don Pedro no sabía nada del oficio, pero conforme fueron pasando los años, se volvió especialista, al grado que en el jardín ahora “habitan” un dinosaurio y caballos, aunque también hay una jarra, canastas y otras figuras que se ha empeñado en formar y cuidar, “pero luego la gente no cuida”, lamenta.

EL TERRUÑO LO JALÓ DE CANADÁ

Recuerda que en su juventud, cerca de los 20 años, viajó a Estados Unidos y a Canadá “de entrada por salida”, con trabajos temporales para obtener recursos que le permitieran sacar adelante a su familia, pues cuando se fue, ya estaba casado.

Ya se había ido en tres ocasiones e incluso en Canadá trabajó en un invernadero, pero las condiciones climatológicas no le convencieron para quedarse y decidió regresar a su pueblo, para no volver.

“Estaba nevando todo el tiempo y hacía un frío de la fregada. Aquí el clima está bien suave, dije, no yo qué ando sufriendo acá, y me regresé a mi tierra”, expresó.

ARTESANO DE ÁRBOLES

En el jardín, desde que llega a las 7 de la mañana, comienza con regar las jardineras y revisar los rosales o los árboles, para ponerles abono o, si se requiere, plantar algunos otros.

Y comienza la poda: darle forma a los árboles es su pasión y poco a poco empieza a crear las esculturas que se le ocurren, porque hasta eso, reconoce, tiene plena libertad para crear las que quiere, pues nadie le cuestiona o le exige que haga tal o cual.

De ahí la ocurrencia del dinosaurio, pues el arbusto –por lo regular trueno y piracanto- se prestó para darle forma conforme crecía y es la figura más grande. “Nadie me pidió que las hiciera, pero a la gente le gustan y eso hace que uno haga su trabajo con más gusto. ¿Se ven bonitas verdad?”.

Requiere que se conjuguen las ramas, las hojas finas, muy tupidas, y el entrelazado para poder iniciar con una figura; así comenzó el dinosaurio hace 25 años, cuando decidió también conseguir pasto para poner en el jardín, mismo que se traía de otros lugares cercanos a bordo de su bicicleta, “en la parrilla me traía unas plantitas y pasto, para poner aquí”, recuerda.

Pero tiene un caballo al que le faltan las patas –porque alguien que no respeta ni valora, reniega- se las cortó y ahora hay que esperar que crezcan las ramitas para darles forma, y otros arbustos que están en proceso, con lo que el artesano de jardines empieza a fraguar el próximo proyecto.

Bien podrían ser un jarrón, una taza, un duende o una tetera, “a esos todavía no he decidido qué hacerles, deje que crezcan un poquito más”; en tanto, ya comenzó a amarrar algunas ramitas para que vayan tomando forma.

EL SECRETO: MANTENERSE ACTIVO

Asegura que no siempre ha habido buenas condiciones para realizar su trabajo, por ello empezó por conseguir las plantas por sí solo, pero en otras ocasiones tampoco ha tenido los insumos necesarios, “como unas buenas tijeras, porque todo lo hago con tijera”.

Hay quien le ha dicho que en Estados Unidos hay unas podadoras eléctricas que con una pasada podría cortar las ramas excedentes y pulir la forma, “pero no, todo esto lo hago con tijera, con esas cosas yo no puedo”; lo que sí usa de manera cotidiana, es una sopladora para “barrer” la hojarasca y mantener el jardín limpio.

Enfrentarse a la burocracia tampoco lo ha detenido: ha tenido que esperar que le compren unas buenas tijeras para continuar con su trabajo, “pero luego me traen de unas chafas que duran bien poquito, en vez de comprar unas buenas que me van a durar más, aunque salgan más caritas, pero bueno. Mientras, me mantengo activo con lo que tengo y a seguirle”.

Por eso, coincide con mucha gente, en este lugar ha puesto alma, vida y corazón. Un lugar que le da identidad a esta cabecera municipal y del que está muy orgulloso.