PARROQUIA EN TLALTENANGO PIDE A FIELES CATÓLICOS NO DEJARSE ENGAÑAR POR SACERDOTE FALSO
Ecodiario
TLALTENANGO, ZAC.- La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Tlaltenango advirtió a los fieles que el sacerdote apócrifo, que no tiene permiso para dar misa,
A través de un comunicado firmado por Francisco Javier González Arellano, vicario parroquial, reconoció el sacerdote falso se ha visto en el municipio.
“No es de nuestro agrado tener que comunicar noticias como la siguiente; pero el tema a tratar es bastante delicado, porque es referente a la integridad de la fe. Todos los sacerdotes somos distintos y nuestras diferencias constituyen una diversidad y dan una riqueza a la Iglesia; los carismas y dones que derrama el Espíritu Santo son una manifestación de su amor. Podemos hablar de una riqueza en la diversidad”, expresó.
Días atrás, a la altura de la calle Abasolo y en torno al Mercado Municipal anduvo un hombre en torno a los 55 o 60 años de edad, vestido con el alba propia del sacerdote y la estola; ofreciendo en rosarios en sus manos y acompañado por dos mujeres.
Este hombre responde al nombre de Alfredo Cabral Fernández y, efectivamente es sacerdote, perteneciente a la congregación religiosa de los Legionarios de Cristo, durante varios años estuvo prestando su servicio como sacerdote en la prelatura de Cancún-Chetumal (ahora diócesis), por diferencias con el obispo Pedro Pablo Elizondo, en torno a la obediencia salió de aquella jurisdicción para dirigirse a otro lugar del país, pero al abandonar la comunidad religiosa y la diócesis sin permiso del Ordinario perdió sus licencias ministeriales y, se convirtió en clérigo vago, expresó el vicario parroquial en Tlaltenango.
Comentó a demás que en el año 2019, invitado por el presbítero Jesús Reséndez hasta ese momento Párroco de San Antonio en Jalpa y después Párroco de San Pedro Piedra Gorda (parroquia donde el Padre Octavio Medrano fue nombrado párroco el pasado mes de junio, para sanar esta situación).
Durante un año estuvo ejerciendo como vicario parroquial del Padre Jesús sin licencias ministeriales, durante ese periodo solicitó ser incardinado para pertenecer a la Diócesis de Zacatecas; pero tras investigaciones que determinaron su situación de clérigo vago, basados en el canon 265 del CIC (Código de Derecho Canónico), que a tenor dice: «Es necesario que todo clérigo esté incardinado en una Iglesia particular o en una prelatura personal, o en un instituto de vida consagrada o en una sociedad que goce de esta facultad, o también en una asociación pública clerical que haya obtenido de la Sede Apostólica tal facultad, de modo que de ninguna manera se admitan los clérigos acéfalos o vagos».
Lo cual significa que tiene que pertenecer a una diócesis o instituto religioso y debe estar sometido en obediencia a un superior.
Nos es doloroso tener que comunicar que el Padre Alfredo no pertenece a la diócesis de Zacatecas, no tiene ninguna facultad para ejercer sacramentos, celebrar la Eucaristía, dar bendiciones, ejercer la predicación y estar en una parroquia.
El padre desde su llegada a San Pedro Piedra Gorda tuvo problemas con el Padre Jesús, y esto fragmento la comunidad, haciendo un cisma en dicha parroquia y, dividiendo a los fieles. Tiene cartas donde las Diócesis de Zacatecas, Aguascalientes, San Juan de los Lagos y Chetumal lo desautorizan y dan a conocer su situación.
Les compartimos esto porque lamentablemente, tenemos que exhibir al padre; pero si no lo hacemos ponemos en riesgo la salvación de la gente; efectivamente cada quien es libre de acercarse con el sacerdote que quiera, pero al hacerlo con un clérigo vago y este no estar en obediencia con un obispo o superior corre el riesgo de convertirse en un fiel cismático y, por ende, pone en riesgo su salvación. El padre Raúl Hurtado el día de su partida dijo algo muy sabio: “Vine por la salvación de todos y, salvándolos a ustedes me salvo a mí”, y si no cumplimos con esa encomienda ponemos en juego todo. Por ello la obediencia es una parte medular.
Los clérigos vagos están abundando y se presentan como personas sencillas, espirituales y con educación, tengamos cuidado porque podemos poner en juego nuestra fe. Para identificarlos seamos conscientes de que celebran en casas, imparten sacramentos a diestra y siniestra haciéndose pasar como personas muy espirituales, pero vuelvo a lo mismo, sin obediencia no somos lo que predicamos, manifestó el Francisco Javier González Arellano, vicario parroquial.