EL SECTOR RURAL, PRIORIDAD PARA JULIO CÉSAR NÁJAR
TANYA ORTIZ
GUADALUPE, ZAC.- Ataviado con botas, mezclilla, camisa de cuadros y sombrero, el estilo diario que usa desde su niñez, Julio César López Nájar inicia su día a día visitando a sus animales para darles de comer al salir el sol y dejarles agua suficiente para beber durante el día.
Luego, comienza a atender la agenda que, junto con su equipo de trabajo, integra todos los días en su objetivo de obtener la diputación local del distrito 5, cargo para el que el partido Movimiento Ciudadano lo acompaña.
Así visita Genaro Codina, Cuauhtémoc, la mitad de Villanueva y otro tanto de Guadalupe, “aunque estamos integrando una agenda legislativa, considero que los diputados no se deben limitar. Tienen tres años para trabajar y hay mucho por hacer, sobre todo en el campo”.
Julio Nájar, como se presenta ante la gente como candidato que busca chamba, tiene experiencia en el servicio público: ha trabajado en la Secretaría de Desarrollo Rural en el Gobierno Municipal de Guadalupe, y en la Secretaría de Desarrollo Social, en el Gobierno del Estado.
También es un pequeño comerciante, de ahí que entre sus objetivos estén generar condiciones para facilitar los trámites a quienes desean emprender algún negocio “pero sobre todo, que tengan la certeza de que lo que pagan por los permisos y trámites, se les va a regresar en servicios”.
HAY QUE DEJAR ATRÁS
EL PATRIARCADO
No obstante su arraigo al campo y la cerrazón que representa la cultura del patriarcado, al considerar que el hombre, como proveedor y cabeza de familia debe dedicarse a trabajar, mientras que la mujer, dedicada al hogar y los hijos, Julio Nájar considera que ese patriarcado debe dejarse atrás.
Creció en una pequeña localidad llamada Las Mangas, perteneciente a la comunidad Cieneguitas, hasta donde llegaba diariamente para cursar la primaria, primero a pie y luego, cuando las condiciones económicas fueron más favorables, en una bicicleta.
Desde entonces vive en esta comunidad, pero su vida sigue estando en Las Mangas, donde radica su madre, doña Lupita, y tiene algunos animales como caballos y vacas, a los que atiende diariamente, además de otras actividades como representante ejidal.
“Tenemos que ser un parteaguas. Me gustan las tradiciones, pero hay que rescatar lo bueno y dejar de lado las cosas malas de esa cultura de patriarcado. Esa ideología ya no tiene que ser. Las mujeres buscan esa igualdad y reconocimiento y así debe de ser. No pasa nada si ayudamos en la casa porque también vemos mujeres que son muy buenas trabajando en el campo y donde estén”, expresó al reconocerse como hombre hogareño “pero no mandilón”.
Julio Nájar quiere ser diputado porque considera que la figura de los legisladores se ha demeritado al verla solo como una oportunidad política y no una oportunidad de servir, “mi vida laboral ha sido muy ligada al desarrollo humano, social y de las comunidades. He visto cómo se hacen políticas públicas desde un escritorio cuando deberían hacerse desde el surco y el establo, y desde una chimenea”.
En la curul, asegura, “no va a estar sentado Julio Nájar. Vamos a estar sentados todos. Mi trabajo va a ser de tres años y dejar la vara muy alta para los que quieran ser diputados de este distrito. Sí hay diputados y diputadas que trabajan, hay que reconocerlo, pero se requiere hacer una política social. A eso le apuesta Julio Nájar”, concluyó.
