CORONAS QUE HONRAN A LOS MUERTOS: LA HISTORIA DE ÁNGELES MUÑIZ
TEXTO: CECILIA PALACIOS
FRESNILLO, ZAC.- Hace 19 años, Ma. Ángeles Muñiz Vargas comenzó a elaborar coronas para el Día de Muertos, impulsada por la necesidad económica de sacar adelante a sus hijos como madre soltera. Lo que empezó como una forma de supervivencia se transformó con los años en una fuente de ingreso y un símbolo de perseverancia para ella y su familia.
Al inicio, enfrentó dificultades debido a la falta de materiales y recursos. Con un simple tramo de listón —diseñado originalmente para moños de regalo— Ma. Ángeles encontró la manera de darle un nuevo uso y lo convirtió en uno de los elementos decorativos de sus coronas. Hoy, orgullosa de su trabajo, reconoce que, aunque ha sido un camino difícil, ha logrado cada una de sus metas con paciencia y dedicación.
"Lo que más me motiva es mejorar cada cosa que hago," asegura Muñiz Vargas. Además de las coronas, también elabora ramos de "flor eterna" utilizando listón, poniendo en cada pieza su sello personal. A pesar de enfrentar una discapacidad visual —pues desde hace 35 años no ve con el ojo izquierdo— Ma. Ángeles plasma su creatividad y amor por la decoración en cada una de sus obras.
Cada corona toma alrededor de una hora para completarse y destaca por su colorido y las imágenes de santos que incluyen, elementos que hacen de estas piezas una decoración significativa en las lápidas durante el Día de Muertos.
Actualmente, la elaboración de coronas es un negocio familiar. Sus hijos, su nuera, y una prima colaboran, algunos en la creación y otros en la venta de los productos. Durante la temporada, la familia acude a la comunidad Tapias de Santa Cruz y vende sus coronas a las afueras de los panteones de la cabecera municipal, asegurando así que esta tradición, que comenzó como una necesidad, florece cada año.