CARMELA, UNA MUJER MÁS LIBRE Y SEGURA
TEXTO Y FOTOS: ESTHER CONSUEGRA
ZACATECAS, ZAC.- Militar en el Movimiento Feminista de Zacatecas para muchas mujeres ha marcado su vida y la de sus familias, un antes y un después en el que adquirir conciencia de su problemática, de sus luchas y de las reivindicaciones sociales, pero sobre todo, de la tremenda injusticia social y violencia estructural hacia las mujeres ha permitido que, en el caso de Carmela, quien asegura que desde “milito en el movimiento, me siento una mujer más libre, más segura de mis capacidades”.
Carmela es una mujer joven, de mirada sincera y grandes ojos negros que no esconden su entusiasmo cuando piensa, habla sobre el feminismo, cuando siente la lucha que las mujeres han emprendido para vivir una vida libre de violencia; en las marchas y movilizaciones carga un megáfono que cubre su rostro, sólo se ve su cabellera negra, pero sus consignas son fueres y claras: el patriarcado se va a caer y otras más que ha acompañado su lucha por varios años de lado de mujeres jóvenes que han caminado juntas en un movimiento global que lucha por las causas de las mujeres.
Sobre sus motivaciones para incursionar en el Movimiento Feminista de Zacatecas, Carmela recuerda que hace años, cuando comenzaron las movilizaciones en la entidad con apenas 100 mujeres marchando, ella comenzó -a la par de sus estudios- a desarrollar su actividad profesional como parte de su servicio social en un medio local con línea de izquierda, “poco a poco comencé a sentirme identificada con los ideales de la lucha política, me comencé a interesar en la historia política de nuestro país, pude darme cuenta de muchas injusticias que vivimos, principalmente por la desigualdad social y ahí fue cuando comencé a marchar por diferentes causas como Ayotzinapa, la Guardería ABC y posteriormente por las víctimas de feminicidas”.
Recuerda que hablar de feminicidios, antes eran palabras desconocidas y el término feminista incluso daba miedo mencionarlo, “pero simplemente me movía por el hecho de que había muchas injusticias y un caso como el del asesinato de la niña San Juanita, que salió a la tienda y jamás regresó a su casa y la encontraron muerta en un lote baldío, eso me partió el alma y fue ahí donde comencé con esa conciencia feminista, me di cuenta que éramos muchas mujeres, desconocidas, pero con una misma causa, que vemos que no es normal la violencia que vivimos y que teníamos que hacer algo para exigir justicia”.
Carmela relata que nombrarse feminista no es fácil por el estigma de las mismas mujeres, pero que cuando se ponen los lentes morados ya no hay vuelta atrás, “a partir de ese entonces comencé a militar en el Movimiento Feminista de Zacatecas, a incorporarme a todas las actividades que se realizan para hacer visible que no es posible, que no es justo que todos los días asesinen a 11 mujeres por el simple hecho de serlo, además de otras causas como que el Estado no garantice el aborto libre seguro y gratuito, entre otros temas de nuestra agenda”.
Asumirse como feminista, señala, no ha sido fácil, ya que los problemas con la familia y la pareja comienzan por las estructuras y atavismos de los roles de género que confieren a la mujer al espacio privado, pero “un día me di cuenta que mi lugar no estaba solamente en lo privado, que las mujeres no tenemos que estar en la cocina sino también tener presencia en el espacio público”, y recuerda que en algún momento la invitaron para contender por un cargo público y se cuestionó sobre los cuidados de su hijo y a dudar sobre su capacidad, “nosotras tenemos esas conductas normalizadas y nos las creemos y no nos damos cuenta de las muchas maneras en las que estamos siendo violentadas”, situación que al seno de su familia se ha comenzado a deconstruir en su pareja e hijo que y que de manera equitativa reparten las tareas.
Ser feminista para Carmela en 2024 en un estado como Zacatecas, donde las voces del Movimiento Feminista han rechazado los intentos de criminalizar la protesta -del gobierno estatal en turno en voz de su secretario general de gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza- así el intento de como minimizar su lucha, es asumir que lo “personal es político, nombrarse feminista es llevar la lucha de lo que hemos vivido y buscar un cambio e incidir en todos los ámbitos, ser feminista es desaprender lo vivido que nos violenta y seguir abrazando la causa con nuestra agenda e incidir en el espacio público y privado para tratar de vivir una vida libre de violencia”.
